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Tras la llegada del omega Oeznik le dio una de sus miradas a Zemo, una que el Barón sabía lo que significaba perfectamente.

Winter se quedó unos segundos mirando al Alfa y luego retrocedió. Antes que se fuera Oeznik en un rápido movimiento lo tomó por la muñeca.

-Tome asiento por favor. Helmut tiene un par de cosas que decirle.

No pudo objetar nada, el beta en cuestión de segundos lo dejó sentado frente al Barón.

-Voy un café para usted.

El omega bajo la mirada, de pronto el mantel sobre la mesa era lo más interesante del lugar. Tenía un patrón algo... No pudo seguir analizándolo, el alfa habló.

-Ayer no debí sacarte así, ni tampoco tratarte de esa manera. Pero tú tienes que admitirlo, fue poco racional ir a mi habitación, ¿A caso el olor no te advirtió de mi celo?, los alfas somos peligrosos deberías saberlo- Miró al castaño- Y mírame, que siento que le disculpas a una pared y es estúpido.

No sabía cómo explicarle al hombre frente a él que su olor fue exactamente el que lo llevó a esa habitación. Se sentía tan bien tan seguro.

- Lo siento- Se limitó a murmurar.

-¿Es todo lo que dirás?- El castaño asintió- Bien... ¿Por qué traes solo una camiseta? Hay como 10 grados. ¿No sientes el frío?

Tomó un poco de su café solo para tardar en responder, no sabía qué quería escuchar.

-Si... Siento algo de frío... Pero es normal...- Bebió más café viendo de reojo la reacción del alfa.

-Eso no es normal- Dijo con una mueca de disgusto. Pero no dirigida al omega, sino por la situación en sí. Sentir frío no es normal.

Se levantó de la mesa sin dar explicaciones y fue hasta la habitación del omega, al entrar caminó directo al armario.

-Soy estúpido.- Se recriminó así mismo.

Jamás estuvo en sus planes "Adoptar" al soldado del invierno, por lo tanto nunca pensó en tenerle ropa. Tras ver que no había casi nada en el closet fue a su habitación y comenzó a buscar algún suéter que fuera lo suficientemente grande para que le quedara a James.

Tras unos minutos dio con uno color crema que tenía el tamaño perfecto y volvió con él a la cocina.

-Ponételo, tenemos que salir- Dijo de forma autoritaria- Espérame en el auto.

-¿Señor?

-No pongas esa cara de funeral Oeznik, solo iremos por ropa. ¿Falta algo en la despensa?

Luego de que su mayordomo le hiciera una lista fue al auto en dónde se encontraba esperándolo James.

Vio cómo el castaño se encontraba jugando con sus manos, luego recordó el brazo de metal de este, tenía que ocultarlo o serían presa fácil.

Se sacó sus guantes y se los entregó.

-Tienes que usarlos y sin importar lo que pase no te los saques. ¿Entendido?, bien ponte el cinturón de seguridad- Al ver que el omega no acató la orden después de unos segundos el mismo le puso el cinturón.

El viaje hasta el centro comercial fue bastante silencioso, el único ruido eran las canciones de la radio que sonaban suavemente de fondo.

Al bajar del auto zemo le explicó que no se apartara de él, ya que era diciembre y las personas van en manada a los centros comerciales en esa fecha.

Se quedó siempre cerca del alfa mientras entraban a cada tienda, y el castaño no mentía, había muchas personas. Si no fuera por el olor de su suéter quizás hubiera querido salir corriendo. Aunque las luces brillantes y los adornos en rojo y verde le hacían distraerse un poco.

Cada vez que entraban a un lugar salían con bolsas que terminaba cargando él. El Alfa estaba comprando demasiadas cosas, aunque se toma la molestia de preguntarle si le gustaban.

Cuando iban a la próxima tienda Winter se detuvo de golpe frente a una vitrina. Era una tienda de mascotas.

-No te voy a comprar un animal- Advirtió serio.

El omega entró igualmente, se quedó por un largo tiempo observando los tanques con coloridos peces, luego vio a los esponjosos y pequeños roedores corriendo dentro de sus jaulas. Los ladridos de cachorros le hicieron recordar a Duman. De pronto una pared con cosas de colores atrapó su atención.

-¿Existe ropa para cachorros?- Murmuró.

Duman necesitaba uno.

Se lo propuso al alfa, este se negó. Pidió devolver cosas que le compró a él si era necesario.

Zemo se apretó el puente de la nariz y luego suspiró- Está bien, puedes llevarlo, pero escoge uno para cada cachorro.

La conversación de que los animales no necesita ropa la había tenido años antes, y también había terminado cediendo.

Escogió seis colores diferentes, así podría identificar a cada uno, aunque no sabía el nombre de los demás cachorros, pero de seguro Oeznik se los diría si le preguntaba, el beta anciano era amable.

Tras pagar y ver las correas para perro recordó algo importante.

Fue a dejar al omega junto con las cosas al auto.

-Espérame aquí- Dijo abriéndole la puerta del copiloto al omega.

James se quedó ahí quieto.

De pronto sintió que estaba tardando demasiado ¿No lo abandonaría ahí o si?

Estresado comenzó a respirar cerca del suéter que usaba para intentar calmarse con las casi imperceptibles feromonas impregnadas en la prenda.

Estaba tan concentrado en eso que no escuchó cuando se abrió la puerta del piloto.

-¿Qué haces? ... Espera... ¿Te gustan mis feromonas?- Un ligero rubor invadió la cara del Barón mientras una expresión algo confundida se apoderaba de su rostro.

Recompensa de una venganza Where stories live. Discover now