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Dongpyo bajaba las escaleras de la universidad con cuidado, su mirada estaba fija en unas partituras que ordenaba y a su vez hablaba consigo mismo.

—Ir a buscar a los mocosos, darle comida a los perros y sacarlos a pasear... ¿Qué más? —Intentaba recordar todas las cosas que debía hacer. —Ah, ir a buscar mi ukelele.

—Hola.

Seungwoo apareció a su lado, como por arte de magia

—¡Me asustaste! —Dongpyo le dio un pequeño golpe con las hojas de las partituras. —¿De dónde saliste? No te sentí llegar.

—Te estoy siguiendo desde que salimos de clases, quiero hablar contigo.

—¿Y por qué no me hablaste en clases?

—No sé, tal vez porque alguien no dejaba de ignorarme.

—¡No te ignore! Solo... Bue, no importa.

—¿Solo qué?

Dongpyo terminó de bajar las escaleras y guardó en su bolso las partituras, miró a Seungwoo de reojo y no dijo nada.

—Dongpyo.

—Decime.

—¿Solo qué? Responde.

—Te dije que no importaba. Debo irme, hablamos al rato.

—Como te de la gana entonces.

Seungwoo lo hizo a un lado, alejándose.

Dongpyo soltó un suspiro, terminó de guardar las cosas y corrió para poder alcanzarlo.

—¡Seungwoo! Vení, vení.

Lo tomó del brazo, deteniéndolo.

Seungwoo no dijo nada, simplemente lo miró con una expresión neutral, esperando que el bajito hablara de una vez por todas.

—Bueno, es que... —Empezó después de un rato callado. —El problema no es con vos, sabés como soy, no te estoy ignorando ni nada parecido, discúlpame si eso pareció. Simplemente no quiero hablar con nadie, estoy pensando demasiado y creo que necesito un abrazo de vos ahora mismo.

Dongpyo suspiró, bajó la mirada e hizo un leve puchero con sus labios, se sentía tan exhausto y frustrado con todo lo que estaba ocurriendo últimamente. Sintió como unos brazos rodeaban su cintura y lo envolvían en un fuerte abrazo, el cual correspondió al instante. No pudo evitar llorar, se rompió cuando fue abrazado por Seungwoo y es que aún tenía un montón de emociones en su interior que necesitaban salir, la angustia lo carcomía por dentro con el pasar de los días y tenía tanto miedo de perderse a si mismo.

—Hey... Todo estará bien, supongo.

—Ay, Seungwoo, no aclares que oscurece.

—Ok, entiendo.

—¿Te imaginas regresan?

Yohan y Hangyul veían desde el piso de arriba, la vista daba al patio central de la universidad y literalmente se podía ver todo.

—No lo sé. —Yohan se apoyó en las barras del barandal. —Seungwoo tiene flaco.

—No sé... Dongpyo siempre ha sido como la pieza que le falta a Seungwoo.

Hangyul parloteaba acerca de la relación que había existido entre ellos y lo bonito que fue, que tal vez seguirían juntos si Seungwoo no le hubiera puesto el cuerno.

Yohan solo asentía, no lo estaba escuchando y solo fingía hacerlo, habían muchas cosas en su cabeza dando vueltas.

—¿Me estás escuchando? Ay, Yohan, cagate.

the smoothie guy: i still love you! ⁕ hamlemWhere stories live. Discover now