CAPÍTULO 14: CUMPLIENDO PROMESAS ROTAS.

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—Serkan, yo no sé toda la mierda que debe haber pasado Eda, pero después de lo de anoche, entiendo por qué no dijo nada. —miré a Engin quien me miraba serio, intentando establecer su punto.

—Deberías intentar volver a hablar con ella. —Sugiere Selin. — Y darle el espacio a que te cuente lo que vivió.

—Ya le di ese espacio. —Me apresuro a responder, sabiendo que en realidad no debería haberlo hecho.

—Claro, déjame adivinar... —la rubia se inclina hacia el escritorio entrecerrando sus ojos. — Le preguntaste y como no te lo dijo enseguida, la interrumpiste y seguiste haciéndote la víctima.

—No me hice la víctima. — Espeto sintiendo como comenzaba a enojarme.

—¡No claro, sólo estás pensando que no te contó antes todo el infierno que vivió! —exclamó enojada Selin, levantándose de la silla. Apoyó una mano en el escritorio y se inclinó hacia mí. — Hazte un favor Serkan, intenta dejar de pensar que todo el mundo quiere lastimarte con sus acciones. Sal de tu lógica de mierda una vez en tu vida y piensa lo mucho que le habrá costado a Eda superar todo lo que vivió como para tener que revivirlo otra vez.

Sin decir más nada, caminó hacia la puerta y salió dando un portazo. Engin me miró, se encogió de hombros, como dándole la razón a Selin y también se levantó para salir, esta vez sin dar un portazo.

Arrojé el lápiz sobre el escritorio y me dejé caer en la silla nuevamente soltando un suspiro, pensando en las palabras de mis amigos y cerrando mis ojos.

Ellos tenían razón. Había estado tan concentrado en enojarme porque Eda no había sido sincera conmigo que quité completamente del medio todas sus palabras hacia Mustafá en la cena.

"Viví toda mi vida bajo tus amenazas y tu mierda, escapando de ti y rezando durante años porque no me encontraras..."

"Perdiste todo el derecho de hacerlo cuando decidiste convertir mi vida en un infierno"

"¿Vas a golpearme? ¿Vas a encerrarme cinco semanas en una habitación dándome sopa de mierda otra vez?"

Tragué en seco recordando las palabras textuales como si las hubiera dicho recién. Llevé una mano a mi cabello y tiré de este, desordenándolo al darme cuenta cómo la había cagado. Había metido la pata hasta el fondo.

Eda no sólo le había gritado la verdad en la cara a su padre, sino también a mí y a todos los que estábamos presentes. Cerré mis ojos, recordando su rostro, el dolor en sus ojos a medida que hablaba. Recordando como Mustafá la miraba con odio e intentaba lastimarla incluso con todos ahí delante de ellos.

Y yo fui un imbécil que sólo pensé en mí cuando la persona que más amo más me necesitaba.

◊◊◊◊◊

Leyla ingresó a mi oficina después de golpear la puerta con una taza de café en las manos. La dejó delante de mí con una pequeña sonrisa, asumí que era de amabilidad, pero se asemejaba más a la lástima y al reproche.

Seguramente mi aspecto no sea el mejor. No me había movido de la posición en la que Selin y Engin me habían dejado. No tenía el valor de levantarme e irme tampoco, no quería bajar al área común para evitar la mirada de reproche de nadie más. Ya había tenido suficiente con mis amigos y ahora, conmigo mismo.

Leyla se retiró en silencio volviendo a dejarme sólo con la miseria en que me había metido, repasando todos mis errores desde la cena hasta ayer en el Bósforo.

Le había dicho a Mustafá Yıldırım que su hija era una simple paisajista. ¡Una simple paisajista! Y unos días antes yo mismo le había propuesto ser accionista de Art-Life porque la consideraba la mejor arquitecta paisajista que había visto. No le había dado el beneficio de la duda y para colmo, tampoco la presenté como mi novia.

ARDER EN LIBERTADWhere stories live. Discover now