Capítulo XLVIII

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Actualización sorpresa.

Tatuajes de Diosito.

Lo segundo que Dios se encargaba de regalarme, lo primero eran los besos. Me refiero a aquella cicatriz que se quedo para siempre en la palma de mi mano luego de cortarme con un vidrio.

Alabados por ese tatuaje.

La ley de hielo.

¿Qué entiendes tú, por ley de hielo?

Antes creía que era una norma que nuestro presidente había impuesto para no vender cubos de hielo en bebidas.

Ya sabes, cosas que los niños creen, también creía que la luna me seguía cuando era de noche.

-En serio má, me parece muy extremista lo que tú haces -fanfarroneé.

Busque ayuda en mi padre, él tenía la boca llena de comida y no pudo responder, solo me hizo una seña que consistió en llevar un cuchillo a su cuello y simular cortarlo.

-Querer cambiarme de habitación solo por el hecho de creer que Luca podría entrar por ahí..., -Use un tono entre nervioso y burlón-. Ni que Luca fuera como Spider Man para trepar por las paredes.

¡Claro, claro, él no subiría una pared nunca!

Ella me ignoró, tomó un plato de la alacena y sirvió cereal en el. Llevaba un par de días sin hablarnos, envió a mi padre a dormir a la sala, conmigo se volvió más dura.
Su familia tuvo que regresar de inmediato a su ciudad natal, el vuelo de los abuelos se canceló y no los conocería hasta nuevo aviso. No me hablaba mucho.

Esas fueron algunas consecuencias de lo que mi acto de días atrás trajo a mi vida, ¿estaba arrepentida? No, nunca me arrepentiré de haber hablado, después de no creer tener valor para hacerlo.

¡Amanecimos enojadas, eh!

Nuestra relación se había fragmentado mucho, a lo mejor y seguiría molesta por muchas semanas más, pero no iba a renunciar a lo que quería por ella.

Después de soltar todo aquello que llevaba mucho tiempo atormentandone logré dormir y sentirme sin tanto peso.

Agregó leche a su tazón y salio de la cocina sin responderme. Miré a papá entre confundida y preocupada.

-¿Viste eso? -inquirí.

-Sí, esta muy molesta -respondió él, después de pasar su alimento.

-¡¿Qué!? ¡No! Me refiero a que si notaste como primero sirvió cereal y después leche -expliqué ofensiva-. Primero va la leche y luego el cereal.

Fruncio el ceño, mi papá me conocía lo suficiente para ya no asustarse por mi comportamiento o palabras.

-Retomando su punto -me miró-. Luca no entraría por la ventana,¿verdad?

Pase mi alimento con dificultad, luche para que mis sonrisas no me delatarán.

-¡Nooooo, no! Él nunca haría eso, papá.

Entrecerro los ojos, haciendo uso de su mirada láser, antes de que me intimidara rompí el contacto visual y salí huyendo de la cocina.

Escuchamos el claxon de un automóvil, sabíamos lo que eso significaba.

Después de mi fiesta de cumpleaños papá quiso saber que era lo que sucedía entre Luca y yo. Nosotros no éramos novios, tampoco amigos con derechos... O algo así, lo de nosotros era algo que no se podía describir con palabras.

¿Y si te enamoras de mí? ©✔ En Edición.Where stories live. Discover now