Capítulo 43: El comienzo.

Start from the beginning
                                    

Abro la ducha que compartimos con Erick. Mientras se calienta el agua me saco el resto de ropa y suelto mi rodete.

—Lizz...— susurra abriendo la puerta.

—¿Qué?— espeto. Agarro shampoo y me lo aplico en el pelo.

—¿Por qué estás enojada? Sabes que es solo un deporte.

—Ya lo sé. Pero nunca me habías ganado. Todas las veces que lo practicamos yo gano. Siempre gano Erick.

—Hay que saber perder...— sonríe.

—Jódete.

—Por tí estoy jodido— lo veo sacarse la remera y la parte baja del traje.

Me sonrojo.

No. Estás enojada Elizabeth, enfócate.

Pero no puedo al ver como se está desnudando frente a mi. Como sus músculos se contraen cuando se deshace del bóxer.

Mojo mis labios. Es demasiada tentación frente a mis ojos.

Cierro mis ojos y me doy vuelta ignorándolo.

—Te odio...

—Sabes que no es cierto— siento su cuerpo pegado al mío. Despeja besos por mi oreja y cuello, masajeando mis caderas.

»Dilo Lizz...— me estremezco —di lo que en verdad sientes por mi...

—Ahora solo siento odio por ti. Idiota— la mano de Erick se desliza por mi abdomen —no quiero coger contigo así que aléjate que me estoy bañando.

—Pero estás estresada y yo también...

—Te aguantas igual que yo.

—Solo si me decís lo que quiero oír.

—No— termino de bañarme. Salgo con la toalla en mi cuerpo. Me miro al espejo, agarro el cepillo peinándome.

—Dulce Lizzie...— él dejó la puerta abierta y observo por el espejo como se está bañando.

Es perfecto el hijo de puta.

—No. Te odio. Ese era mi asalto, yo tenía que ganarlo.

—Te dije desde que llegué aquí que en ciertas cosas yo iba a ser el número uno.

—Cállate.

—¡Hey! Que aún eres la mejor en todo lo que hacemos. De verdad necesito ganarte por knockout en UFC.

—Eso nunca. Entre los dos, yo soy más ágil a la hora de hacer llaves. Tú eres veloz y preciso en el esgrima. Calculas todo a la perfección.

—Es mi especialidad— encoje sus hombros.

—Si claro... Lunático.

—Pero amas a este lunático.

—No. Lo detesto.

Niega entre risas sonoras.

—¿Lo vas a decir? ¿O tendré que sacártelo a la fuerza?— suspiro rendida.

—Depende qué tipo de fuerza— sonrío. Erick envuelve una toalla en su cintura.

—De mis besos tal vez— toca mis hombros desnudos despacio con su aliento chocando en mi piel.

—¿Y qué más?— inquiero.

—Sexo... Mucho sexo— me río cuando me empieza a hacer movimientos en mi cadera rápidamente —o también con cosquillas, ya que no quieres follar.

El Miedo De Ámbar #1 Where stories live. Discover now