Capítulo 45 ~ Cuatro caras y una moneda. [parte 2]

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James

— ¿Cuánto tiempo nos tendrán aquí detenidos? – le grito a la otra rubia que me mira con el ceño fruncido por el vidrio. – mierda Sharon, no es difícil contestar una pregunta.

— No se te ocurra volver a hablarle así. – Sam la defiende, pero Sharon ni se inmuta. De hecho, se tomó la traición muchísimo más personal que Maggie.

— El tiempo que sea necesario James. – responde, ignorando a mi amigo que está sentado a mi lado, con las manos enganchadas con esposas a la mesa. – Maggie viene en camino, cuando llegue tomaremos una decisión.

Apenas dice su nombre me pongo en alerta, porque supuse que Margaret estaba en las instalaciones. Digo, ¿Qué era más importante que esto?. No tenía derecho a reclamarle nada, pero ante la falta de decoro en mi detención, lo mínimo que supuse es que llegaría para escuchar mi versión de la historia.

— ¿Estos son los traidores? – pregunta una chica rubia que reconozco como la hermana de Nat. – Hey él es el que se estaba follando Sharon. – dice señalando a Sam y la rubia mira para otro lado. – y ese, ¿No se lo follaba Maggie? – dice señalándome y le hago un intento de saludo con mi mano.

— Soy su ex esposo... – digo, dando patadas de ahogado y se me ríe en la cara.

— Eso me confirma que si te la follabas. – dice a boca suelta y termino desviando los ojos. – esperen... ¿Al ex esposo de Maggie no lo llamábamos voldemor-

— Es hora de que cierres la boca Yelena... – Nat le tapa la boca con la mano y abro los ojos al percatarme que tengo el sobrenombre de un personaje ficticio y juvenil que no tiene nariz.

— Pero ese sobrenombre no tiene ningún sentido. – dice un adolescente que ni siquiera debería estar aquí. – desde aquí se nota que si tiene nariz.

— Es por lo de "no debe ser nombrado" – dice el tipo que reconozco como Thor y agradezco que su hermano no esté presente, pero me retracto cuando recuerdo que mi mujer tampoco lo está.

— Saquen a Peter de aquí. – dice una voz que reconozco al instante. – Y Thor, Danvers te está buscando. Al parecer le ofreciste entrenar boxeo. – lo mira raro y le da una sonrisa fraternal. Dios, como amo a esa mujer.

— Si... Es para liberar tensiones. Nada más allá.

— Solo no te la folles. – dice y el rubio se avergüenza al instante. – suficiente tuve con que te follaras a la profesora de-

Se calla cuando nos ve sentados y mira a Sam con cara apenada cuando lo ve esposado a la mesa.

— Thor, solo no vuelvas a follarte al enemigo. – dice cerrando el tema.

Vuelvo a torcer los ojos cuando veo que el hermano del rubio entra y se para en su espalda. No se le despega con nada y la verdad es que desde que lo conocí no me da buena espina.

Entra a la habitación donde nos recluyen y cierra la puerta, dejando que los demás escuchen la conversación por una habitación colindante. Nosotros no los vemos, pero ellos si nos ven a nosotros. Es como estar en un Shield, pero de la mafia.

— ¿Cómo estás? – le pregunta a Sam, tomando su mano. – no me gusta verte aquí, pero tampoco me gusta lo que nos hicieron...

— Sé que no estuvo bien... pero Maggie, nuestras intenciones eran las mejores. Solo no sabíamos que-

— Que justamente yo era lady Madripoor... que nosotras lo éramos.

— No debimos hacer eso, pero nos contactaron y-

Heridas de guerra | Bucky Barnes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora