Capítulo 29: Enfrenta al padre exigente

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— ¿Y quien dijo que no me importas?

— ¿Lo hago? ¿Te importo?

Asiento confirmándoselo.

— Dilo.

— Me importas. Me gustas. Me excitas. Me atraes. Me fascinas. ¿Quieres más?

Sonríe y asiente.

— Te has tardado bastante así que un poco más no haría daño a nadie.

— Bueno, pero escucha bien porque no lo diré más, nunca más.

Y esto es cierto, en una semana todo dejará de ser lo que está siendo.

— Te quiero y en otro universo te hubiera pedido, te hubiera reclamado mío y ¡A la mierda las amistades! Alisa está siendo una falsa, así que si, te hubiera dicho que volvamos a ser lo que una vez en la escuela fuimos. Pero solo y malditamente en otro universo, porque en este no podemos.

— ¿Por qué no?

— Porque no hay manera que yo gane contra tu madrastra malvada y aunque lo hiciera mi padre sigue estando perjudicado y yo haría lo que fuera por él, porque él lo hizo por mi.

No dice nada y baja sus manos lentamente.

— Podríamos seguir teniendo sexo si tuviéramos tiempo, cosa que no tenemos, porque eso estaría dispuesta a darte.

Sigue sin responder. Ojalá tuviera más tiempo con él, estos meses que hemos hecho cosas juntos han sido los más llevaderos de mi año y eso es mucho que decir ya que mi año estaba yendo del asco. Quiero más tiempo con él y vivir más momentos como los que creamos, llenos de pasión, lujuria, excitación, tensión sexual, y largas y divertidas conversaciones; quiero más. Pero el tiempo está llegando a la hora final. Pongo mis manos en su pecho y las subo hasta su cuello y nuca.

— Dime algo.

— No puedo decirte nada, lo odias.

— Sí que puedes. Dime qué piensas.

Quiero que me diga que pasa por su cabeza, no quiero estar adivinando.

— Pienso que estás decidiendo por mí y no me dejas siquiera la opción de opinar.

— Si te doy voto, me darías oportunidad y no quiero oportunidad contigo. Quiero pudrirme en mi miseria sola y quedarme con el ensueño de lo que pudo ser, imaginarnos y ya.

— Podríamos no imaginar solamente, podríamos vivirlo estos días. ¿Por qué soñar cuando puedes tener un pedazo de realidad?

— Porque eso me ilusionaria y mi parte ambiciosa querrá más de ti y es algo que no puedo tener.

— Te rindes sin empezar, Aubrey.

Sus palabras duelen. No puede decirme eso cuando no he parado de luchar por todos ni un segundo y ahora por él. Quito mis manos de su nuca y las bajo, pero aún así no digo nada porque sé que la cagaria y esta armonía que estamos teniendo se destruiría en segundos con mis palabras y volveríamos a pelear de forma estúpida como siempre terminamos.

— Voy a recalentar la pizza — evito discusiones y me pongo de pie, busco la pizza y voy a la cocina. La pongo en un plato y la meto en el microondas. La veo girar hasta que siento que alguien pasa entre mis piernas y bajo la cabeza encontrando a Odín —. Hola bonito.

Acaricio su melena y ambos esperamos que la pizza termine. Vuelvo a la sala con el perro siguiéndome, pero me detengo cuando veo a Dominic poniéndose su sudadera y tomando las llaves.

— ¿Te vas?

— Si, quedé en salir con los chicos — agarra las llaves del auto y se acerca para acariciar la cabeza de Odín. Dejo la pizza en la mesa — Vendré a verlo mañana.

INSUPERABLES [•1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora