No sabe cuánto fue el que duraron así, pero cuando volvió a reconocer su alrededor, escuchó el auto de sus padres llegar a la cochera, indicando su llegada.

Talló sus ojos con uno de sus brazos, con el otro, sostenía a su hermana, pero pronto la dejo sobre su cuna, cobijando su cuerpo con una sonrisa con cuidado de no despertarla.

Apretó sus puños con fuerza, soltando una temblorosa exhalación al saber lo que se avecinaba.

Sin pensar en nada, se dio la vuelta y salió de su habitación, colocando seguro a la puerta para después bajar las escaleras al tiempo que sus padres ingresaban a la casa.

Inhaló hondo, cerrando sus ojos sin detenerse, no había que temer, pues sabe que su madre solo lo usa como una forma de liberar su estrés, nunca lo matará por miedo a lo que eso podría provocar.

Sólo va a golpearlo, nada más.

Abrió sus orbes de nuevo, mirando cara a cara su madre y padre sabiendo que entre Yuko y ellos, solo se encuentra él.

Sonrió.

Si el destino piensa que con solo unos golpes lo hará rendirse, entonces está muy equivocado.



















--- ¡Ow! ¡¿Podrías tener más cuidado!?--- gritó Katsuki, mirando mal al paramédico que estaba frente a él, quitándole los pedazos de vidrio incrustados en su cabeza. Tanto Aizawa como la autoproclamada BakuSquad estaban a su alrededor, mientras que su profesor solo dejaba que el experto hiciera su trabajo, sus idiotas estaban pálidos y en pánico, tratándolo como si fuera a morirse.

--- ¿Necesitas agua-

--- E-Espera, traje chocolate por si se te baja el azúcar.---

--- ¿Te duele el estómago? ¿Tus oídos, algo?---

--- T-Traje una toalla mojada para limpiar la sangre-

Rodó sus ojos en fastidio, dejando que Hanta le quitara las manchas de sangre en su rostro y cuello.

Yuko, por otro lado, estaba aferrada a su camisa, con su rostro oculto en su pecho mientras Katsuki masajeaba su espalda, dejándola llorar lo que quisiera.

No iba a ir a ningún lado, después de todo.

Una vez que el paramédico termino de vendar su cabeza, Katsuki se levantó del banco donde estaba con su hermana en brazos, siendo "ayudado" por su escuadrón.

--- A ver, idiotas, solo fue un maldito jarrón, me han pasado peores cosas, no me voy a morir por algo como esto.--- gruñó, fastidiado de toda esta lástima. --- Así que quiten esa maldita mirada de sus ojos y callense, o los mando-

Se quedó callado cuando las manos de Ashido tomaron su rostro con sumo cuidado, mirándolo con ojos cristalinos mientras pequeñas lágrimas se escapaban de los mismos.

Y ahora que los veía todos, estaban en un aspecto similar, tratando de evitar que las emociones tomarán la rienda de sus acciones.

Sero, siguiendo los pasos de Mina, colocó una de sus manos en la mejilla del chico, confundiendo al ceniza aún más.

--- ¿Qué sucede?--- pregunto, intercalando su mirada entre los presentes, pero termino viendo al más grande en cuanto a estatura, buscando respuestas.

Solo recibió una risita de su parte.

Y luego un abrazo.

Todos tuvieron cuidado de no aplastar a Yuko, pero se las arreglaron para hacer eso y asfixiarlo también, dejándolo indefenso.

Solo suspiró, logrando sacar su rostro de los pechos de Mina para colocarse sobre el hombro de Hanta, aceptando el abrazo.





































































































«- un poco de relleno pa' que lloren-

¿Que les pareció el capítulo?

No se preocupen, todavía falta el final, la cosa es que aún no decido cuan de los borradores ponerle jajan't

No se si hacerlos sufrir más o dejarlos descansar uvu

Anyways, espero que estén disfrutando su lectura.

¡Lxs amo!

❤️

Mi Hermanito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora