Capítulo 11: Malentendidos.

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Nagisa saltó a los brazos de Haru al verlo entrar al salón de clases junto conmigo.

-¡Haru-chan~! ¡Por favor, perdóname por haberte envenenado! -Lloriqueaba en su pecho llamando la atención de los presentes en el salón. -¡Prometo no volver a hacerlo! ¡Lo juro!

-Al menos volveré a comer caballa aquí, en ese lugar solo me dieron sopa de vegetales. -Dijo Haru con rencor.

-Nagisa, debes tener cuidado con Haru, aún se encuentra un poco delicado... -Dije al recordar las indicaciones del doctor que nos dió antes de dejarnos venir.

-¡Oh, cierto! -Nagisa se apartó rápidamente de Haru.

-Buenos días, clase. -Saludó la profesora de biología entrando al salón con su portafolio negro. -Quiero que tomen asiento ya que debo decirles algo muy importante para la clase de hoy. -Todos volvimos a nuestros asientos. -¡Bien! Hoy haremos la clase fuera del salón de clases. Quiero que formen grupos de 4 personas y que cada grupo tenga un cuaderno y un lápiz a mano.

-¿Qué es lo que vamos a hacer, sensei? -Preguntó Nagisa alzando la mano.

-Haremos un trabajo de investigación, y para eso todos nosotros iremos en busca de diferentes tipo de flor que haya en la escuela. Así que ahora les pediré que en grupos vayan a los patios de la escuela y fotografien cada flor que encuentren. ¡Bien, comencemos!

Todos los que estabamos dentro del salón salimos hacia afuera en grupos. Rei, Nagisa, Haru y yo partimos en busca de las flores de la entrada de la escuela.

-Wow... Nunca me di el tiempo de ver las flores que teníamos en la escuela. Son verdaderamente hermosas... -Dijo Rei fotografiando unas pequeñas flores de color turquesa.

-Parecen tan delicadas... -Murmuró Haru dibujandolas en el cuaderno.

Yo, al igual que Rei, nunca me detuve un solo momento en todos los años que estuve en la escuela para mirar las bellísimas flores de la escuela. Miré a mi alrededor y no solo los árboles de cerezo decoraban la escuela, sino que tambien flores de muchos colores y enormes árboles de un verde tan vivo que hacían parecer a la escuela más como un invernadero que como tal.

-Veamos... -Rei revisó el total de fotos que habían en su celular. -Tenemos 11 tipos diferentes de flor.

-Creo que con eso debe ser suficiente. -Dije levantandome del suelo.

-Sí, volvamos con la profesora. -Dijo Haru al terminar de dibujar a... ¿Iwatobi-chan?

-¡No, esperen! -Nos detuvo Nagisa. -¡Falta el color blanco! No podemos irnos sin una flor blanca.

-¿Una flor blanca...? Creo que hay de esas en la cancha de tenis. -Dijo Rei. -Pero no creo que eso sea necesario, Nagisa.

-¡Pero...!

-Yo iré a buscarla, una flor más no nos hará daño. -Rei me dió su celular. -¡Ustedes vuelvan con el resto de la clase, yo los alcanzare! -Les grité mientras corría hacia el patio trasero. -Solo falta la flor blanca para Nagisa, ¿pero dónde se supone que está?

Llegué al patio trasero y miré hacia todos lados en busca de las flores blancas, pero lo único que veían mis ojos eran césped y los árboles que le daban sombra a la cancha de tenis. Caminé revisando detalladamente cada rincón pero no había ni el pequeño rastro de flores blancas.

-Al parecer no estaban aquí... ¡Allí están! -Corrí hasta una de las paredes de los vestidores de niñas al divisar un pequeño arbusto de flores blancas. Me agache y saqué el celular de Rei enfocando la cámara hacia ellas. -Estan tan solas... igual que yo... -Se escuchó el flash de la cámara.

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