Se venden lotos en miniatura

Extra: TGCF crossover

¿Geges de orejas puntiagudas?

En Muelle de Loto existen ciertas personas expertas en tropezar con la misma piedra no una, sino muchas veces. Wei Ying es el ejemplo más notorio y es que luego de llevar a Jiang Cheng al mercado para divertirse junto a Xue Yang y YanLi, se distrajo regateando con un vendedor y para el momento en que regresó la mirada al pequeño ya no se encontraba a su lado.

En cuanto se enteraron de la amarga noticia, YanLi necesitó de toda su paz mental para no agarrar a Wei Ying a sartenazos y Xue Yang estuvo a punto de cometer un crimen de odio. Pero los hermanos se vieron obligados a calmar los nervios con el propósito de idear una buena estrategia que los librara de la ira de Madam Yu y el resto de líderes de secta. Sin embargo, jamás subestimes el sentido arácnido de una madre sobreprotectora. En cuanto la Araña Púrpura tuvo este extraño presentimiento voló a toda velocidad hacia el mercado cubriéndolo todo con su aura asesina.

En el momento que su sombra se posó sobre él, Wei Ying sintió el verdadero terror.

—Yo había ponido a ChengCheng aquí —lloriqueó mas ninguna excusa lo salvo se ser colgado en un árbol con Zidian.

Xue Yang y YanLi hicieron el loco y huyeron antes de que también les cargara el payaso y prometieron que intentarían convencer a Madam Yu de dejarlo ir. Nada más que una vil mentira, ya que en el preciso instante que una señal especial de emergencia destelló en el cielo el trío supo que ya nada podría salvar al Loto Rojo de ser el receptor de la furia de los clanes por perder al tesoro nacional.

La llegada de los líderes de sectas fue inmediato. Nie MingJue golpeó la mesa con el puño prometiendo barrer cada centímetro del mundo para encontrarlo, a Jin GuangShan no lo dejaron ingresar a la reunión, Lan XiChen entró en pánico porque su futuro esposo de nuevo estaba perdido y Wen RuoHan amenazó con quemar todas las sectas si no le devolvían a su hijo no reconocido de otra familia.

Decir que Wen Xu, Lan WangJi, Jin ZiXuan, Nie Huaisang y Wen Chao cagaron a paños palos Wei Ying es un eufemismo. Al pobre lo tomaron como piñata hasta que quedó con el trasero adolorido por la cantidad de patadas que recibió. Cuando se aburrieron, Lan WangJi se ofreció amablemente a aplicarle pomada en el trasero pero Xue Yang, sospechando sus cochinas intenciones, lo mandó a ver si ya puso la marrana.

Si quiere manosear la fruta, tiene que pagar por ella primero.

Mientras tanto, Jiang Cheng se quedó de pie en medio de la calle al darse cuenta que perdió de vista a sus geges y jiejie. Después de correr hacia el puesto donde exponían una bonita colección de juguetes y perseguir una mariposa el niño se cansó y se detuvo. El problema, es que nuevamente se encontró totalmente perdido. La diferencia es que ahora no había árboles o cadáveres a su alrededor, sino un mar de gente que iba y venía con carruajes, animales y carga.

Intentó regresar por el mismo camino que utilizó para llegar allí, sin embargo, cuando volteó se estrelló contra las piernas de un desconocido. Aturdido, el niño parpadeó encontrándose con un conjunto de túnicas verdes. Al levantar la mirada halló un semblante atractivo pero que a su vez parecía muy terrorífico. Intentó retroceder pero el sujeto lo agarró por sus túnicas y lo levantó hasta la altura de su semblante.

—¿Estás perdido, niño? —cuestionó y Jiang Cheng asintió porque su Huan-ge le enseñó que las mentiras no son buenas. Gracias a su respuesta, el extraño hombre de orejas puntiagudas sonrió y acomodó a Jiang Cheng sobre su hombro como si fuese un costal de papas—. Bueno, niño sin correa es de quien lo vea.