Ella se encoge de hombros.
-Ya te lo he dicho- murmura -. Me dolió, y más por parte de ti, porque no es la primera vez que me lo has hecho. Con mi abuelo me hiciste lo mismo, me encerraste para que no pudiera ir. ¿Tú y mi padre se compinchan para hacer eso? Guau.. que buena relación suegro–yerno.

-Sólo es por tu bien...

-Sé elegir lo que es mejor para mí- habla, con la mirada de dolor fija a la de su chico -, y quizás no sea estar contigo si lo que vas a hacer es no dejarme elegir por mí misma.

El pelirrojo hace una mueca de dolor. ¿Había dicho lo que había dicho? No... no lo había dicho, ¿o sí?

-No te entiendo...

-Sí me entiendes- dice con seriedad, dejando que sus ojos se cristalicen -, porque tonto no eres, Fred. Lo que pasa es que no quieres aceptarlo.

-No...

-Sí- insiste -. Si no me vas a dejar elegir por mí misma... quizás esto deje de funcionar, Fred. Lo que no puedes hacer es quitarme el privilegio de la elección en algo tan fuerte como lo que ha pasado..

-Yo no... esa no era mi intención, Lizzie, yo sólo pensé que era lo mejor para ti y para los bebés que no estuvieras en la batalla.. yo..

-¿Y mi opinión?- habla con molestia -, ¿lo que yo piense no cuenta, Fred?

-Claro que cuenta.. pero sabía que no aceptarías.

-Esa es la cuestión- se encoge de hombros, viendo los ahora cristalinos ojos del pelirrojo -. Aún sabiendo que estaría en contra, tú vas y lo haces. Y no una vez, si no dos.

-Lo siento...

-Lo sientes, lo sientes una y otra vez, pero vas a hacerlo otra vez si se te da la oportunidad. Y ese es el problema...

-No es cierto.. no lo haré más. Hablaremos primero.. lo juro.

-Ya no creo en lo que juras, Fred.

-Sólo lo dices porque estás dolida, Lizzie.

-Puede que sí- se levanta de la cama, cruzándose de brazos -, o puede que no- suspira, viendo como las lágrimas del mayor se derraman por sus mejillas -. Creo que ya es hora de volver a casa con mi padre.

-¿Te vas?

Ylenia suspira.
-Necesito estar sola.. y pensar. Pensar en nosotros.

-Está bien, ángel, tómate tu tiempo..- dice, intentando no retenerla -. ¿Te puedo pedir un beso antes de que te vayas?

La castaña sonríe tristemente.
-Ya nos veremos, Fred- dice, y sin hacer lo que le ha pedido, abre la puerta para marcharse.

-Joder...- el pecoso suspira cuando la embarazada se va.

Dejando caer sus lágrimas, mira hacia el techo, apretando sus labios.

-Joder- vuelve a murmurar.

Al llegar a la casa Lupin, la chica descansaba sobre el sofá mientras tomaba una taza de té caliente con miel, pensando en la situación que tenía con Fred.

De verdad le dolía lo que le había hecho, pero más le dolía estar así con él.

Intentaba no llorar, pues el hecho de estar en aquella casa también le resultaba doloroso.

No quería alejarse de Fred por nada del mundo. Lo que había dicho, quizás solo era para darle un escarmiento y pensase en lo que había hecho, y no quería renunciar a él.

-Elizabeth.

La voz de su padre interrumpe sus pensamientos.

-No sabía que estabas aquí- Remus se acerca a ella, con un marco de fotos en la mano -, ¿por qué no me has avisado?

Perfidia || FW || +18Where stories live. Discover now