35. Un abrazo tuyo.

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Mateo.

Me acerqué a ella pero fue más rápida y tiró la cadena del inodoro, dejando que las pastillas que había tirado se fueran con el agua.

Me puse a su lado mirandola, ella sólo miraba al piso avergonzada, le saqué el frasco de pastillas ahora vacío de la mano y lo dejé en un estante cercano, y la abracé de lado.

― Mateo andate ― Susurró y fruncí el ceño ― Mateo por favor, andate, no quiero que estés acá.

Me lastimaba lo que me estaba diciendo y no sabía que hacer.

― No quiero que... ― Suspiró ― No quiero seguir haciéndote mal Mateo, es en serio ― Salió del baño pero la alcancé en el pasillo agarrandola del brazo.

― Eva, ¿¡Qué te pasa!? ― Le dije alterado, no la reconocía, creí que la habíamos pasando bien ― ¿Por qué tiraste las pastillas amor? ― Pregunté más calmado y negó ― Eva...

― Anda a tu casa por favor ― Susurró y entendí que no tenía que seguir insistiendo.

Me vestí, agarré mi celular y caminé a la puerta pero antes de irme la miré.

― En serio pensé que nos contábamos todo ― Ni siquiera se dió vuelta, solo bajó la mirada otra vez y salí de su casa.

No quise ir a la mía, me la pasaba tanto en lo de Cielo que me iban a preguntar que había pasado, deambulé por ahí, pateando una piedra de vez en cuando.

En serio ya no encontraba soluciones para lo que sea que esté pasando con Cielo, encima dejó de ir a lo de Mariana, lo sé y... acababa de tirar todas sus pastillas, no sé como va a terminar esto.

Me costó contener las lagrimas, pero tuve que hacerlo al volver a mi casa y que mi hermano me pregunte por mi novia.

― ¿Y Cielo? ¿Cómo está? ¿Qué está haciendo? ¿Va a venir a comer? ¿Nos va a hacer postre? ¿Va a...? ― Lo interrumpí mientras me taladraba la cabeza en lo que subía a mi cuarto.

― ¡Emi! ― Lo miré y frunció el ceño, seguro se me notaba en la cara que algo no estaba bien ― No estoy de humor ahora.

Subí arrastrando los pies y de lo pelotudo que soy, me choqué el marco de la puerta. De la misma frustración, dí un portazo.

Me costaba entender que yo no podía ser quien la ayude, no puedo hacerlo, esto cada día se pone peor y se me está yendo de las manos, no sé como actuar, que hacer, que decir, ¿Voy y arreglo las cosas o le doy su espacio?

Ya la ví en un hospital, completamente perdida, todos preocupados, no quería que volvamos a pasar por eso, ella no se lo merecía.

― Mateo ― Emi pasó a mi cuarto y lo miré ― Pregunta mamá si vas a bajar a comer.

― Decile que no Emi, gracias ― Dije acostado en la cama y asintió antes de darse vuelta para irse ― Eu pendejo ― Me miró y sonreí ― Te quiero gil.

Frunció el ceño ― ¿Qué querés? ― Negué dándole a entender que lo decía solo porque si ― Yo también, sos el mejor hermano que me podría haber tocado.

Cerró la puerta y suspiré mirando el techo, a veces no somos conscientes de lo que tenemos.

Decidí dormir un poco, con poco me refiero a hasta las dos o tres de la mañana, me desperté con hambre, obvio.

lover of mine ; Trueno [Terminada✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora