— ¿Por qué no estás en tu casa? — Preguntó llevando su mano a la hebras negras del cachorro, empezando a dar masajitos y caricias para que tuviera más confianza en contarle.

— M-mis padres no me quieren porque soy un Omega... — Las lágrimas amenazaban con salir de los ojitos marrones de Gun por la tristeza que estaba sintiendo, Win se preocupó, un cachorro que apenas se había presentado no podía deprimirse de esa manera, le haría daño a su lobito y a si mismo.

— Pero si tú eres un Omega muy lindo y tierno, mh, ellos son tontos como para no quererte. — Consoló con palabras dulces y calmadas, tomando las mejillas gorditas del pelinegro para acariciarlas a la vez que limpiaba las lágrimas que bajaban por ahí.

— E-es que ellos querían que yo sea un Alfa para ayudar con los negocios de la familia, pero salí inservible, no les sirvo...

— No, no digas eso, por favor. — Murmuró, le dolía el alma al ver así a un pequeño inocente, no podía creer como algunos padres podían despreciar a sus hijos solo por no cumplir los estándares familiares, sentía el coraje correr por sus venas, no iba a dejar que Gun se hundiera. — El problema no eres tú, son tus papás, ser Omega no te hace menos, tú vales mucho más de lo que crees Gun. — Sonrió. — No digas que no sirves, no eres un objeto, eres un cachorro muy lindo y tierno, mh.

— ¿E-en serio P'? — Preguntó de manera inocente y tímida, mirando a su mayor con un brillito en sus lindos ojitos marrones. — ¿Puedo quedarme contigo? M-mis papás no me van a buscar nunca, ellos me echaron de casa...

— Te quedarás conmigo, ahora este es tu hogar pero te quedarás con una condición, no vuelvas a decir cosas feas de ti, ¿Bueno? — Al recibir un asentimiento como respuesta sonrió satisfecho, soltó las mejillas contrarias no sin antes dejar un pequeño y dulce beso en la frente de Gun. — Iré a preparar un baño de burbujas para ti, termina tu sopita, corazón.

Se levantó y se dirigió al baño de su habitación para empezar a preparar el baño, llenó la tina con agua tibia y un poco más caliente hasta la mitad, puso jabón en el agua para seguido mover de manera circular hasta que se formaron burbujas y después espuma, sonrió suavemente soltando un suspiro, no estaba preparado para cuidar de Gun, pero haría un esfuerzo, volvería a la cafetería a trabajar para darle una vida de calidad y hacer que se sintiera querido, iba a dar todo por él.

Alrededor de unos diez minutos ya se encontraba bañando el cuerpo de Gun, lavó la pequeña espalda, los brazos, las piernas y la pancita del menor con cariño y suavidad, dejó que él mismo se lavara sus partes íntimas, supervisando que lo hiciera con cuidado, ya que al ser un Omega cachorro era más sensible y delicado en esas zonas, lavó su cabello con champú de durazno, dando masajes con sus dedos en la coronilla hasta sacar un poquito de espumilla, así siguió hasta enjuagar por completo el cuerpo del menor, hizo pasar el agua y tomó una toalla suave que tenía, la colocó sobre los pequeños hombros para así envolver el cuerpo de Gun como si fuese un tamalito.

Esa tarde Win cepilló el cabello negro y suave del menor, lo arropó como si fuera un precioso bebé hasta dejarlo bien abirgado, parecía un osito. En la mochila solo habían cuatro cambios de ropa, dos pares de zapatillas, ropa interior y el pijama, puso el uniforme escolar en el cesto de prendas sucias y después se vistió el con su pijama.

— ¿Quieres tomar una siesta? — Sugirió sonriendo suavemente, sentándose al lado de Gun que se encontraba cabizbajo, jugando con sus deditos.

— Mh... Está bien P'... — El castaño sacó una manta abrigadora para cubrir sus cuerpos, se recostaron tomando un poquito de distancia entre ellos, era la primera vez que Win dormía con un cachorrito, no sabía cómo actuar aún. — P'Win... ¿P-puedes abrazarme? — Se escuchó en un hilito de voz.

Manos de Ángel | BrightWin | Adaptación ✔️Where stories live. Discover now