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oriana;

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No sé con exactitud como se dieron las cosas y en qué momento mi pie terminó lleno de sangre. Mucho menos el momento en el que Nico había conseguido llevarme en sus brazos a la enfermería.

Una parte de mi sentía vergüenza al saber que Eric estaba presenciando esa escena, pero sobretodo tenía un sentimiento de culpa cuando me vio jugar con sus compañeros y hace unos días estaba diciéndole que no podía mezclarme con los jugadores del club.

—Puedo caminar sola, Nicolás—le digo bastante seria y con un tono de voz duro.

No me hacía nada de gracia que un completo extraño tuviera esas confianzas conmigo.

—Lo sé—me responde haciendo caso omiso a mi comentario.

—Pues te pido que me bajes ahora mismo—vuelvo a hablarle.

El castaño de ojos color miel hace caso a mi petición y me deposita suavemente en una de las sillas que habían en el pasillo. Por un momento me iba a pasar para seguir caminando, pero Nico fue más hábil y se puso en cuclillas para hablarme.

—Oriana, ¿no?—me pregunto serio para yo asentir con mi cabeza como respuesta a su pregunta—Mira, tienes dos orificios en tu pie que hacen que todo el pasillo se llene de sangre. Si de verdad quieres que el señor de limpieza no tenga que hacer horas extras para poder limpiar el desastre que harías si vas caminando tu sola a la enfermería, facilítame la vida y déjame llevarte a la enfermería.

Él tiene en cierta parte razón, mi pie tiene dos orificios un poco grandes que generan un desastre. Esta vez me toca tragarme mi orgullo y aceptar la propuesta del coruñés.

—Vale—es lo único que sale de mi boca para que luego Nico me tome entre sus brazos.

Trato a toda costa de que mi mirada se tope con la suya, pero no puedo evitar mirarle de vez en cuando. Sus facciones son muy delicadas y es imposible negar lo guapo que es.

Una vez que llegamos a la enfermería, nos encontramos con la señora Rita que solía curarme las heridas cada vez que me pasaba de traviesa cuando era una cría.

—¡Dios mío, ¿qué te ha pasado ahí?!—me pregunta Rita bastante preocupada una vez que ve mi pie lleno de sangre.

—La han pisado y ha estado sin botines—responde Nico por mi mientras me deja en la camilla.

—Cuando no Oriana Pregonas siempre metiéndose en problemas—Rita habla al aire para luego irse apurada en busca de medicamentos para curarme las heridas.

Nico me dedica una mirada confusa al oír el tono de voz y confianza que tenía Rita conmigo, pero yo decido pasarlo por alto. Lo último que quería era un interrogatorio por parte suya.

Ambos nos mantenemos callados mientras esperamos a que Rita vuelva con todo lo necesario para poder hacer que el sangrado paro, hasta que decido hablarle:

FEARLESSWhere stories live. Discover now