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—¿Y?, No fuiste persona de felicitarme y menos de hacer algo por nuestra fecha... Seguro lo olvidaste —los lagrimales de Jungkook estaban quebrados a punto de derramar cientos de lágrimas pero todo se detuvo al sentir el tacto del mayor en su cintura y escuchar su voz cerca de sus oidos.

—Prepare una fiesta para mañana... Llamé a Yoongi y unos amigos les avise que teníamos algo muy especial para contarles, no hemos hecho mención de nuestra boda con nadie supuse que sería algo bueno incluso serviría de excusa tu cumpleaños, te prepare también otro regaló, mi amor jamás olvidaría algo tan especial, se supone que era algo sorpresa, pero ya no lo es —chisto besando los mofletes del menor esté ahora se sentía un poco exagerado se la había vivido tachando de inútil olvidadiso a su pareja y esté sólo tenía algo muy especial y sorpresa para él, ahora se sentía patético. Flexionó sus piernas dándole más cabida al mayor para estar en medio de sus piernas aclaro su garganta y habló.

—Perdón por haber creído que olvidaste nuestro aniversario y mi cumpleaños —sus ojos se postraron en los cafés de Kim, con su mano le atrajó cerca de sus belfos rio al sentir las manos frías de Kim tomar su reducida cintura, sin esperar más le besó.

Sus cuerpos danzaban lentamente buscando enterrarse en el calor del otro, los labios gruesos de Kim se movían con severidad sobre los de Jeon, eran toques inocentes apesar de tener un año de relación jamás habían llegado a esta liga, al punto dónde anhelaban mezclar sus almas una sola noche, hoy era la primera vez de ambos.

Tenían experiencia sobre lo que debian hacer y no hacer por sus anécdotas recolectadas en sus relaciones pasadas, con calma los besos húmedos del rubio deslizaron marcando las clavículas del castaño, robándose pequeños jadeos placenteros no llevaban mucho y ni siquiera habían comenzado, se sentía en plenitud poder tocar y saborear la escencia de su amante, quizá Tae no sería vírgen pero era nuevo en probar al otro, las manos de Jeon formaban pequeños círculos sobre la espalda de su novio, el artista por su lado dominó con perfección sus piernas alejando cada una de las prendas, clavando en su piel el aroma a fresas que desprendía su contrario, la piel de Jeon era tenue como las nubes, su redacción perfecta era un sesenta y sesenta las curvas eran parte de su cuerpo.

Kim estaba dispuesto a descubrir hasta su punto más débil, el cumpleañero jadeo mordiendo sus labios al sentir el roce de su entrepierna con la pelvis del mayor, ya no había nada de ropa, sólo dos cuerpos desnudos bajo la luz de la luna color perla que bañaba la mitad de la habitación, se colaba un poco por las persianas que estaban abiertas, los ojos de Jeon eran un paraíso mostrando su punto de fragilidad y deseó, deseo de ser quien contemplará los gestos ardientes de su artista, la brisa templada era ayuda para relajar un poco las ansias de saltar sobre el regazo del contrario y comerle la boca de una buena vez por todas.

Salió de su ensoñación al sentir los besos de su amado abandonar sus clavículas y dibujar un camino por su estrecho cuerpo, la boca de Kim hacía milagros, pudo sentir la electricidad chocar contra su miembro cuando su novio lamió con paciencia sus pezones, no se contuvo más dejando escapar con fluidez sus gemidos.

Aquellas melodías placenteras abandonaban su boca, su novio le llevaba al cielo en cuestión de segundos, reprocho con un quejido al sentir el alejamiento de su mayor, se aparto el cabello que comenzaba a mojarse por culpa del sudor derramado. Tae continuo estimulando como los grandes al castaño, sonriendo de oreja a oreja observando cada una de las muecas que el menor emitía.

Jeon no podía más, sus piernas flaqueaban y no había tenido ni un poco del mayor dentro, sólo pudo sentir un espasmo sobre su abdomen mojando el pecho de Vante, el protagonista de arte erótica sonrió enternecido, busco en su cajonera un poco de lubricante lleno con paciencia su miembro, cubriendo este por completo, las mejillas de Jeon estaban sonrosadas por la forma tan fácil de haberse corrido, el líquido preseminal resbalaba de una forma candente del pecho hasta al abdomen del rubio, nublando la mente del dueño de éste.

Por fin le tuvo, después de haber esperando paciente, podía presumir que estaba siendo lleno por Kim Taehyung, el gran Vante parecía querer firmar aquella obra de arte en su mente, danzaban con cautela inundando la recámara de sonidos obscenos. Jeon cerro los ojos dejándose llevar cada vez más, tocaba el cielo, se sentía en las nubes, Kim delineaba las curvas del menor con los dedos dejando algunas huellas de estos recorría su piel con amor.

Los besos el frenesí de tener sus caderas y piernas sobre si montando su cuerpo eran cada vez más parte de un fetiche, ya no formaban parte de sus sueños ahora estaba siendo realidad.

Estaban viviendo el momento que tanto habían esperado, Jeon agradecía haberse guardado para Kim, porque sí tenía una leve idea de cómo era exitar lo y motivar lo a querer ser dueño de sus más profundos suspiros, pero nunca había tenido el valor de entregarse a alguien como justo lo estaba haciendo. Los labios de Kim atraparon los suyos, con los dientes capturó el superior de la boca de Tae robando de entre sus labios un gemido ronco, la lengua mojo su comizura avisando que sería ella quien invadirá su cavidad bucal el permiso fue concedido la lucha de lenguas por quién dominaba la boca de quién termino en una leve risa, las piernas de Jeon se sostuvieron de la cintura de Kim, y sus brazos se quedaron sobre sus hombros, escribían tan bien el libro del placer del otro que jamás olvidarían está noche.

Jungkook amaba como Tae le tomaba como si fuera el muñeco de porcelana que tanto estuvo esperando, las estocadas eran precisas, pacientes y rítmicas, los espasmos continuarían toda la noche de eso los amantes protagonistas de esta saga lo sabían bastante bien.

Siempre sellarían todo tipo de momento besándose, era su mejor forma de decir "Estoy aquí" "Te amó como nunca había amado", los labios de ambos eran un confort mutuamente.

El músico y el artista escribían la mejor canción jamás inventada esa noche, formarían la escultura erótica mejor formada en la vida. Porque sus cuerpos estaban uniéndose de lleno, estaban unidos por espíritu cuerpo y alma.

—Jamás te de tengas y menos te alejes de mi vida amor— murmuró agitado el de cabello chocolate.

—Sabés que nunca me dentendre mientras estés conmigo y no me iré, no lo haré porque nunca me e visto sin ti, no volvería alejarme por nada del mundo ni del destino amor mío—finalizo Kim prosiguiendo con los que hacía.

Porque esa noche se harían eternos hasta que el nuevo día renaciera.

Se estaban terminando de conocer, de la forma que siempre habían mantenido callada en el fondo de sus corazones.



















Fin.

𝓓𝓝𝓐  ᵀᵃᵉᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora