S U E Ñ O

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Dos y media de la madrugada, Kirishima se deja caer en el sofá de la sala común, con un suspiro pesado, después de beber casi un litro de agua. Su mirada se pierde en algún lugar de la mesa marrón frente a él que apenas puede ver únicamente con los rayos de la luna, todavía procesando el bizarro sueño que acaba de tener.

Se ha despertado agitado y sudoroso de una extraña pesadilla, involucraba a Bakugou rechazándole y un tiranosaurio Rex que quería devorarlo por órdenes del rubio. Realmente no sabía si se podía considerar una pesadilla, pero aún sentía el malestar por el miedo al ser perseguido y la frustración por el rechazo y odio de Bakugou.

Suspiró, llevando las manos a su cara y frotando sus ojos de forma brusca.

Mientras su mente estaba en el mundo onírico, tenía un nudo en la garganta que no le permitía emitir sonido alguno, por eso, al despertar abruptamente, dejó salir un grito que rezaba no fuera tan alto como él percibió y, lo más importante, no despertara al protagonista de su sueño en la habitación contigua.

Dejó caer su cuerpo hacia atrás, rebotando contra el respaldar del sofá y quedando en una posición poco saludable para su espalda.

No era la primera vez que tenía pesadillas donde Bakugou descubre su amor por él y acaba odiándole. Y, como experto en interpretación de sueños, sabe que eso es por su miedo al rechazo.

Nunca eligió enamorarse de su mejor amigo, sabía que eso traería problemas a su relación y lo último que quería era perderle. Por eso, se había propuesto eliminar esos sentimientos —sí, no necesitaba que nadie le dijera que es algo imposible— pero, después de los recientes acontecimientos y descubrimientos, estos sólo habían aumentado.

Volvió recordar la delicadeza escondida del chico explosivo y su rostro rojo de vergüenza, la sonrisa idiota adornando su cara como siempre.

No tengo remedio.

Escuchó suaves pasos que bajaban las escaleras. Resopló, sin querer cruzar palabra con ninguno de sus compañeros, se tumbó en el sofá, dejando su espalda al aire y escondiendo su rostro entre el respaldar y un cojín rojo. Podía aprovechar que no había encendido ninguna luz y hacerse el dormido, quien sea que bajara, podría estar tan adormilado que ni siquiera le vería.

Kirishima comenzó a relajarse y pensó que de verdad se dormiría allí. Escuchaba de fondo los pasos cada vez más cercanos de quien se había desvelado, pero su mente se había disociado de la realidad más rápido de lo que esperaba.

Gracias al cojín, no le molestó cuando se encendió la luz. Los ruidos de alguien rebuscando pasaron desapercibidos, al igual que las maldiciones que soltaba en susurros.

Su conciencia volvió a la realidad poco a poco, al notar cómo colocaban una manta sobre él y la acomodaba a la perfección. Kirishima frunció el entrecejo cuando, sea quien fuera, comenzó a repartir lentas caricias por su brazo.

No podía estar más confundido. Está seguro de que cualquiera del Bakusquad hubiera cogido una manta del puff cuadrado y se la hubiera colocado encima... pero ¿acariciarle de una forma tan... cariñosa? No entendía nada, ¿quién podría haber bajado?

Su mente comenzó a trabajar a toda velocidad, intentando encontrar alguna pista. ¿Y si alguno de sus compañeros estaba enamorado en secreto de él? Sonrió levemente, emocionándose con ese simple pensamiento. Nunca había tenido una enamorada o enamorado, le haría ilusión saber que alguien piensa en él de esa forma, aunque después se sentiría mal por tener que rechazarle; su corazón tiene un único dueño.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando la mano que lo acariciaba subió hasta su cabeza y se hundió entre su pelo, acariciando sus cabellos con detenimiento.

—Que suave—murmuró aquella persona, y Kirishima abrió los ojos al reconocer esa voz que tanto le gusta a pesar del ronco tono con el que salió.

Todas las neuronas en su cabeza tuvieron un cortocircuito, su corazón se aceleró tanto que creía que lo escucharía y, en su estómago, todas las mariposas volaban sin control.

Agradeció que su cuerpo optara por paralizarse ante la sorpresa y que el agudo grito se quedara atascado en su garganta.

¿De verdad Bakugou estaba haciendo algo como eso? Y lo más importante, ¿a él?

El calor subió rápidamente a su cara y una cálida sensación creció en su pecho.

Tenía que estar dormido, esto solo podía ser parte del mejor de sus sueños.

Una suave risa nasal y el cese de las caricias hicieron que agudizara sus oídos, queriendo verificar su hipótesis.

—Qué idiota, se va a asfixiar. —Sí, no había ninguna duda, reconocería su voz hasta en lo más profundo del mar.

Una sonrisa amplia y enamorada apareció en su cara.

Sin embargo, todos los bonitos sentimientos fueron sustituidos por sorpresa y miedo cuando, en un parpadeo, el cojín desapareció de su lugar. Sus ojos se abrieron al máximo al ver la cara sin expresión de Bakugou.

Kirishima abrió su boca, queriendo decir algo que le salvara de una muerte segura, pero solo consiguió boquear de forma patética.

Fue testigo de cómo la expresión de Bakugou se transformó en vergüenza y, posteriormente, en ira a una velocidad increíble.

Kirishima se encogió, intentando sonreír, aunque sólo consiguió mostrarle una extraña mueca.

—Bakugou, ¿no podías...? —comenzó a hablar, su voz temblorosa mientras rezaba a todos los dioses que conocía.

— ¡MUERE MALDITO! —gritó Bakugou sin querer escucharle, estampándole el cojín en la cara para lanzarle una explosión en el estómago.

Gracias Dios por darme buena intuición. Aunque en realidad, endureció todo su cuerpo, por si acaso.

Kirishima cogió el cojín entre sus brazos y se sentó cuando las furiosas pisadas desaparecieron por el camino hacia las habitaciones.

Enterró su cara en el mullido objeto y ahogó un grito emocionado.

Cada día que pasaba, confirmaba su creencia de que Bakugou era, simplemente, adorable. Y hoy, lo había sido con él por primera vez.

Su felicidad se encontraba por las nubes.






Nota:

¡Espero que os haya gustado! Me gustaría saber vuestra opinión y estaré encantada de recibir críticas constructivas.

Realmente no sé si alguien responderá, pero... ¿habéis tenido sueños extraños? De esos que te despiertas y te preguntas ¿qué acaba de pasar? Me parece muy interesante ese tema y me haría ilusión leer vuestras experiencias je.

Yo sí, a decir verdad, casi nunca tengo sueños "normales". Sin ir más lejos, la otra noche soñé con que me iba a Roma con mi familia y, no sé por qué, de repente nos encontrábamos en un juicio acusados y llegaba Ryomen Sukuna gritando que todo el mundo tenía que obedecerle. Al despertarme me quedé mirando a la nada, pensando khé jajajajaja.

Hasta aquí todo, se despide vuestra amiga y vecina Florecilla🌸

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⏰ Última actualización: Mar 06, 2022 ⏰

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