— Déjate de rodeos Pietro – intente que mi tono no fuera molesto – espero que tu sorpresa sea buena.

— Pronto lo descubrirás querida Irina.

— Y yo que tu vigilará a Caeli – él siguió mi mirada,hasta ver a su hermana pequeña – no queremos que tan pronto te digan cuñado ¿cierto?

—Ya te estabas tardando en ser molesta – su tono era de burla.

Era divertido molestar a Pietro, al menos me pude reir un rato mientras él iba en busca de Caeli para « salvarla » de las garras de Pavel y Damien. Los pobres no tenían ni idea lo sobreprotector que en ocasiones podían ser Enzo y Pietro con Caeli.

Intentaba guardar la compostura pero no encontraba a Dante por ningún lado y nadie quería decirme donde se encontraba. Me estaba cansando que él me evitaba y que se comportara de esa manera tan tonta. Podía amarlo pero también mi paciencia tiene límites.

Intercambie unas breves palabras con Vladimir con respecto al misterioso invitado pero nada que nos permitiera saber su identidad. Todo un misterio y eso me molestaba.

— Si vas ahora te meteras en un lío – Vlad me tomó del brazo para detenerme – regresa a la fiesta y olvídate de ello. Ahí viene el jefe Lenkov.

— Gracias Vladimir – respondí con ironía.

— Irina – llamó mi padre – déjà que Vladimir vuelva con su esposa y ya no lo sigas molestando.

Esta última frase a mi padre pareció hacerle gracia. Cuando era pequeña solía molestar a Vladimir con bastante frecuencia y eso lo sabía mi padre.

— No se preocupe jefe Lenkov –hablo él – solo estábamos charlando por los viejos tiempos.

— Es cierto – sonreí – Nos vemos más tarde.

Me despedí y dejé que ellos charlaran con calma. No había conseguido información y espero que Mark o Luka lo hayan descubierto.

Irina Lenkov siempre encontraba la manera de salirse con la mía , eso era lo que me caracterizaba.

No dejaría ni que nada ni nadie arruinara esta noche. Era mi noche para brillar y destacar como siempre lo suelo hacer.

En cuanto los Reyes hicieron acto de presencia en la sala el silencio del reino todos se pusieron de pie como signo de respeto. Todo sucedió tan rápido o esa era la impresión que tenía de ello. Entregaron las insignias del clan a cada alumno y luego recitaron uno a uno el juramento que se solía hacer. Algo emotivo para todos. También costumbre a cada pareja de recién casados se les entregaba un ramo de lirios blancos que simbolizaban la pureza del amor.

Se llevaron los ramos de Rachel y moi para que no estorbaran en la mesa. Mi madre se encontraba en la mesa principal junto a mi padre así que en esta mesa solo nos encontrábamos Rashel, Dante, Mark y los hermanos Vittore. Era una pena que Luka no estuviera aquí ya que seria mas facil hablar con él pero el debió quedarse con su hermano y su abuela Agathe Maslov.

— Cuando vayan a Italia deberían pasar a Florencia – habló Enzo – es una bonita ciudad y no tan fría como Kazan.

Todos nos reímos ya que no era la primera vez que ellos comentaban sobre el frío de Kazan, era fácil de comprender ya que ellos venían de un país algo caluroso.

— Mi madre prepara la mejor bistecca alla fiorentina de la región – Caeli estaba vendiendonos las maravillas de Florencia y su gastronomía.

Los hombres de confianza del jefe Volkov vinieron a por Dante lo cual parecía algo raro en su forma de actuar.

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