5.NÉSTOR

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La forma con la que me fulminó con la mirada me hizo gracia. Valeria parecía bastante avergonzada por lo que acababa de pasar, no la conocía de absolutamente nada, pero era la primera persona a la que había pillado de buena mañana y me apetecía chinchar un rato.

No era muy alta, seguramente de unos sesenta y poco más, sesenta y dos para ser exactos. Lo sé porque para poder mirarme a los ojos tenía que alzar un poco la mirada. Sus ojos eran marrones claros, pero cuando le daban el sol se hacían verdes, era capaz de perderme en su mirada. Era una chica delgada, sinceramente no le faltaba de nada, pero lo que más me llamaba su atención eran las pecas de su rostro, tenía tantas que no era capaz de contarlas. Eso y su pelo, era castaño oscuro tirando a negro, le quedaba bien, pero estaba totalmente convencido de que ese no era su color real, se lo había tintado.

--Piensas quedarte ahí plantado mirándome toda la puta mañana-- me dijo ella con un tono subido.

No podía evitar reírme de ella y de la forma en la que se cabreaba, fruncía el ceño y la nariz se le arrugaba. En ese preciso instante un figura que caminaba sin ganas se acercaba poco a poco a la cocina, justo donde nos encontrábamos Valeria y yo, era Della

--¿Y esos gritos de buena mañana? En esta casa una no puede dormir en paz--dijo Della

--Valeria, ya veo que has conocido al capullo de mi hermano, no te fíes de él.

--Como si tu fuese una buena compañía--le contesté

--Bueno, yo me voy ya, me estarán esperando en casa--dijo Valeria

Valeria cogió todas sus cosas y se dirigió hacia la salida, pero antes de que saliese por la puerta, Della la detuvo.

--Esta noche vamos a volver todos al chiringuito ¿vendrás?.

--Me lo pensaré--dijo ella.

Aquel día me lo pasé en la cama recuperándome de la noche anterior, hasta que llegó la tarde y dos de mis amigos de la playa, Bernad y Andrés vinieron a recogerme a la puerta de casa. Las tardes de cartas, voley y cervezas eran tan típicas como las comidas familiares de los domingos.

Bajé las escaleras de mi apartamento y al salir por la puerta estaban Andrés y Bernard apoyados en una furgoneta blanca y verde bastante vieja y llena de pegatinas. Andrés heredó esa vieja furgoneta de su abuelo, una Volkswagen Kombi y siempre que viaja a algún sitio compra pegatinas y las pega en su furgoneta, es como si fuese su álbum de recuerdos.

–Joder Néstor, vaya geta tienes ¿No te han dejado dormir esta noche?-- dijo Andrés con tono vacilón.

–No, Alexia estuvo toda la noche metiendo su mano debajo de mis boxers..--contesté todavía más vacilón.

–Serás hijo de p***-- Antes de acabar de insultarme se abalanzó sobre mí haciéndome rabiar y haciéndome alguna que otra cosquilla. Sabe que las odio.

Alexia es la hermana de Andrés, y amiga de mi hermana Della, ambos nos conocimos al mismo tiempo en Begur, casi llevamos más de 7 años compartiendo los veranos juntos y prácticamente somos como hermanos y Andrés recalcó en varias ocasiones al principio de la relación que su hermana Alexia era intocable, aunque ella esa norma se la saltó un par de veces conmigo y con el mejor amigo de Andrés, Bernad. No muchos lo saben y menos Andrés, pero Bernad y Alexia llevan una relación más allá de la amistad, aunque él la siga viendo como una hermana pequeña a la que proteger. En cambio lo mío fue una noche tonta sin importancia en la que los dos íbamos bastante borrachos como para acordarnos de eso, o eso espero, ella nunca ha comentado nada al respecto.

–Sois unos críos de mierda–comentó Bernard molesto por mi comentario.

–Ya sabes que lo digo de coña Bernad, no te piques– le contesté

El sabe que sé su secreto, pero también sabe que no sería capaz de arruinar su relación con Andrés. A ves soy mal amigo pero no tanto como para joder una relación de más de 20 años.

En ese instante Della, Raquel, Amanda, Dana, Alicia y Alexia bajaron por las escalera de mi casa.

–¡¡Hora de voley!!!--dijo Alexia con entusiasmo – Os vamos a dar una paliza.

–Eso ya lo veremos – contesta Bernad bastante convencido

–Venga, apostemos

– Si nosotros perdemos os invitamos a chupitos toda la noche – asegura Bernad

– Bernad, vaya triple te acabas de marcar – contesto suspirando.

– Y si nosotras perdemos te traemos a la nueva esta noche – dice Alexia mirándome desafinadamente.

– ¿La nueva? Ósea que si que te has tirado a alguien esta noche pájaro – dice Andrés riendo.

– Si, pero no a la "mirona" – aseguro mirando a Della – Además no me interesa ni lo más mínimo.

– Joder Néstor, cada noche que bebes es una aventura nueva, tenemos que salir más a menudo contigo.

Cada noche salimos todos juntos de bares por Begur, pero siempre soy el que acaba perdido y mareado por cada uno de los chiringuitos de la playa. Soy alguien que va a su bola y lo cierto es que si, cada noche es una aventura para mi. Igual que la noche anterior, salí con mis amigos, en algún momento de la noche desaparecí y acabé con un bellezón de melena rubia en mi casa. Son solo eso, rollos de una noche sin ninguna importancia.

Lo que nuestros ojos callaronМесто, где живут истории. Откройте их для себя