5. ¡Emergencia!

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Ana

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Ana

Muchas veces pensamos que algo puede salir exactamente como lo imaginamos. Da igual cuantas veces pensemos en un posible escenario, donde todo está bajo a nuestro control, pero por desgracia, la realidad de nuestra imaginación está muy lejos.

Nos damos cuenta cuando algo que imaginábamos tantas veces, no llega a ser exactamente igual. Hay veces que la realidad supera a la ficción, que es mil veces mejor la realidad a lo que hemos soñado. Pero hay otras veces que no es así, que aunque habrías imaginado mil un escenario, siempre hay uno en el que nunca piensas y es el que ocurre. Algunas veces es genial y otras... no tanto.

Ese ha sido mi caso, jamás pensé que el chico con el que he soñado este último año, con lo que he soñado tantas veces en nuestro encuentro, donde podría explicarle a él todo lo que pasó, pedirle perdón por todo lo que hice mal. Porque la culpa fue solamente mía y eso, tanto en la imaginación como en la realidad es algo que no se puede cambiar.

Pero nunca pensé que nuestro encuentro fuera en un pasillo de bebés, donde no podía moverme, gesticular, simplemente fui una espectadora más en esta historia. Hasta que reaccioné por simple miedo, por simple pánico a que me tocara, aunque fuera en un abrazo. Pánico a que me gritara, no podría aguantar todo lo que seguro tiene que decirme, aún no puedo, necesitaba un lugar seguro, un lugar nuestro y tranquilo, no un pasillo lleno de cosas de bebés para hablar. Qué irónica es la vida cuando se lo propone.

Lo único que he podido hacer, cuando he visto a esa chica corriendo hacia él, es aprovechar mi oportunidad, y como la cobarde que soy, he salido corriendo, otra vez. Pero no sin antes pagar las cosas, no puedo decepcionar a más personas en un solo día.

Me encuentro andando hacia un lugar tranquilo, ahora mismo me da igual que lugar, me da igual a cuanto esté, solo quiero estar sola y poder respirar.

Cuando tras cinco minutos andando me doy cuenta que mi cabeza no me deja en paz, no para de atacarme con imágenes que quisiera borrar de ella para siempre, no me lo pienso dos veces y la llamo.

Ella siempre estuvo ahí en este último año, cuando pensé que había perdido todo, cuando me desperté, la ví a ella, sonriéndome, cogiéndome la mano y dándome palabras de aliento de que todo saldría bien, prometiéndome que no me iba a dejar sola. Y así lo hizo, ha día de hoy, aunque ella esté lejos y yo aquí en Phorks, sigue estando a mi lado.

Así que sin pensármelo dos veces, cojo el móvil, busco en mi agenda su número y cuando lo encuentro le doy a llamar.

En el primer tono no me lo coge, es al segundo todo cuando escucho su suave voz.

-¿No puedes vivir sin mí, morena? -me pregunta por la otra línea.

-Jess, lo he visto, lo he visto de verdad. -le digo atropelladamente.

-Ana, ¿qué ha pasado? ¿Estas bien?

-Eso creo.

-¿Puedes respirar?

Un loco sin remedio [ SR #2 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora