Prólogo: Un mundo discordante.

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<<Hace mucho tiempo, en una época lejana que se remonta a los albores de la civilización...

Una vez aconteció el evento que conformaría el despertar del mundo tal y como lo conocemos.

Años atrás, una única entidad regía sobre todo; un poder alimentado por el corazón de la naturaleza virgen.

Quienes en el pasado se dedicaron a su entendimiento la bautizaron como el Alma madre, y se buscó convertirla en una venerada fuente de poder para los eruditos y estudiosos de aquella fuente milagrosa.

El poder de la Madre Naturaleza, una fuerza inagotable que nutría al mundo con sus raíces... ¿era un milagro nacido de la nada, o más bien estaba la humanidad comenzando a entender los vínculos que la unían al mundo bajo sus pies?

Sea como fuere, los humanos abrieron su corazón a la tierra, y empezaron a despertar el poder que yacía latente en su interior, la capacidad de unir su espíritu al Alma madre.

Aquel talento que aprendieron a desarrollar pronto se extendió por todo el continente, dando lugar al nacimiento de la primera generación de magos.

A la relación simbiótica que une a un mago al corazón del Alma madre la llamaron resonancia de Alma.

Cuanto más poderoso es el vínculo entre un hechicero y el Alma madre, mayor es la capacidad de entender su naturaleza.

Los hechizos que crearon manifestaban la presencia del Alma en el plano real, haciendo posible la curación de enfermedades otrora letales, aunque también la capacidad de traer la destrucción al mundo.

Siendo conscientes de que una nueva época podía nacer ante sus ojos, los magos primordiales buscaron el auge de una sociedad que velase por el bienestar del continente, empleando el poder del Alma no como un arma, sino como una fuente de unión entre los humanos y la naturaleza.

La llamaron Aria Nébula, y pese a ser una orden con el poder de regir, nunca tuvo un verdadero líder en sus inicios. Veneraban únicamente al Alma madre, y su único propósito era armonizar la vida que había nacido en el continente, para nunca llegar a contemplar la discordia alzarse en aquel mundo que ansiaba ser perfecto.

Sin embargo, quiso el cruel destino que la avaricia comenzase a manifestarse en el corazón vanidoso de los hombres. Rechazando la paz por la que abogaba Aria Nébula, una importante facción del continente se sublevó contra la sociedad de magos. Estos desertores se constituyeron como una orden sectaria, la Abadía del Pecado.

Reconociendo que su propósito contradecía la idea de una paz sempiterna, quedaron marcados por un símbolo maldito; la estrella de siete puntas que lucían sus adeptos. Su crueldad y repulsa hacia la debilidad evocaba el miedo en el corazón de aquellos que no compartían sus designios.

Para contrarrestar su impetuoso avance y salvar su mundo, aquellos que se resistían a ceder formaron un último bastión que se enfrentaría a quienes habían sido consumidos por la oscuridad. La batalla fue cruel y sanguinolenta, extendiéndose por todo el continente y sembrando un reguero de muerte y destrucción por doquier.

Año 171 del primer ciclo lunar. Aquella lucha civil había durado una década completa. Con ambos bandos rozando el límite de sus fuerzas y recursos, el por aquel entonces líder de Aria Nébula Richard Larosse, junto a los últimos descendientes de la primera orden mágica buscaron crear una nueva esperanza, una capaz de superar incluso los designios del corazón.

El Alma madre reconoció sus intenciones para el mundo, y les concedió dos fragmentos de su esencia: su conocimiento y su poder.

Con la misma esencia de la naturaleza en sus manos, Richard y su séquito, los Ocho Héroes del Alma unieron sus corazones para traer al mundo el conjuro de conjuros, el sueño de una tierra en paz convertido en un hechizo.

Lo llamaron Somnus.

Con la promesa de honrar los deseos del Alma madre, Richard utilizó el hechizo que le había sido concedido para apagar la llama que ensombrecía la razón y obligaba a los humanos sublevados a seguir luchando. Sus corazones recuperaron la luz bajo la influencia de Somnus, y la Abadía terminó rindiéndose al perder la voluntad de seguir luchando por una causa inefable. Aquel hito marcó el fin de la guerra.

Richard fue venerado desde entonces como un héroe de los tiempos antiguos, y fue coronado como el primer Emperador de un mundo unificado. Para recordar su victoria sobre la codicia del corazón, rebautizó aquella tierra como Vollbring.

Los Héroes del Alma que sirvieron en la contienda junto al emperador Richard recorrieron caminos separados, viajando por el continente mientras cantaban alabanzas sobre el fin de la guerra.

La historia perdió el registro de sus últimos días en Vollbring, pero cada uno dejó un legado de sus heroicidades para que perviviesen en la memoria de sus descendientes: sus armas, que con el tiempo serían reconocidas con el nombre de Reliquias Sagradas.

El reinado de Richard fue pacífico y moderado, asegurando una paz que se extendió hasta el término de su vida. Cuando aquel trágico momento llegó, el emperador cedió la corona a su hija, al tiempo que selló el conjuro que acabó con la ahora llamada Guerra del Alma, para asegurarse de que "nunca más sería utilizado para manipular el corazón de los mortales".

Año 1225 del tercer ciclo lunar. Han pasado mil años desde el fallecimiento de Richard Larosse. Si bien el mundo ha disfrutado de una paz sempiterna bajo el reinado de sus descendientes, todo ha empezado a torcerse. El Imperio de Vollbring, encabezado por el emperador Cedric Larosse ha caído en una sangrienta revolución que derramó la sangre de toda su estirpe; la Purga de la Medianoche.

Tras la trágica caída en desgracia de la familia imperial a manos de los instigadores, una hechicera oscura que se proclamó "el epítome de la justicia" ahora se sienta en el trono y gobierna con autoridad sobre la que otrora fuese una tierra de libertad.

El Imperio se ha convertido en un régimen represor que no duda en valerse de su poder para acallar cualquier atisbo de resistencia.

Y cuando las sombras vuelven a suponer una amenaza para el mundo, también se avivan las ascuas de un rencor milenario. Con la desaparición del legado imperial, las huestes de la destrozada Abadía han renacido de sus cenizas, ansiando dar rienda suelta a la codicia de su ennegrecido corazón.

Nuestra historia comienza tres años después de la catástrofe que sumiría Vollbring en la oscuridad. Con Aria Nébula caída desde los tiempos antiguos, y temerosa de una guerra a dos bandas, la humanidad solamente puede depositar sus esperanzas en la herencia que Richard Larosse dejó al mundo. Para recuperar lo que ha perdido, y asegurar un futuro donde no sean víctimas de un deseo malvado y quienes se han rendido al mismo, la leyenda de Somnus volverá a nacer.>>

El legado de SomnusWhere stories live. Discover now