12. Pacto

235 40 1
                                    

Choso le dio la vuelta al panqueque en la sartén, luego volteo para servirle otro vaso de leche a Sukuna, solo para encontrarse con que habían derramado el frasco de jarabe de maple y ahora estaba regado por la mitad de la mesa. Sus hermanos se congelaron en su sitio, asustados de que Choso comenzara a gritarles. El mayor de los hermanos respiró profundamente y contó hasta diez para calmar su ira. «Sólo son niños», se recordó, gritarles no iba a ayudar a nadie y no quería que ellos le tuvieran miedo.

Más tranquilo, Choso hizo que se movieran al lado limpio de la mesa para que él pudiera limpiar, Eso le recordó que tenía la estufa encendida y tuvo que apagarla, de todas formas, sus hermanos ya deberían estar satisfechos y él había perdido el apetito. 

Luego del accidentado almuerzo, Choso ayudó a Sukuna a cambiarse la pijama, se aseguro de que Eso se lavara los dientes y los abrigo muy bien a ambos. Debido a que iban un poco tarde, tuvo que cargar a Sukuna y hacer correr a Eso para que pudiera seguirle el paso.

—Quédate con nosotros hoy —pidió Sukuna a mitad del camino hacia la casa de la anciana que los cuidaba cuando Choso tenía que trabajar.

—Sabes que no puedo Su.

—La señora Akira dijo que no puedes dejarnos más con ella —añadió Eso.

—Chicos...

—¡Es verdad! —intervinó Sukuna para ayudar a su hermano—. Yo... uhm, le pegue a otro niño que se queda con nosotros.

Choso miró a su hermano con desaprobación, pero no estaba sorprendido. Sukuna siempre había tendido hacia un temperamento colérico y agresivo, siendo Yuji quien solía ayudarlo a mantenerse a raya, sin él, Sukuna era tan libre e independiente como un niño de cinco años podía ser.

—Iremos a hablar con ella de todos modos. —Eso y Sukuna parecieron decepcionados.

🥐🥐🥐

Akira-san habló tantas cosas malas sobre los niños y crítico con tanta cizaña la manera en la que los estaba educando que Choso a cabo llamandola vieja bruja y diciéndole hasta de lo que se iba a morir, además de negarse a pagarle un dinero que le debía. Probablemente se arrepentiría de todo eso en unas horas, pero por ahora, se concentró en mantener un ojo sobre sus hermanos mientras ellos jugaban en el parque. 

Recibió un mensaje de su jefe diciéndole que si no llegaba en diez minutos estaba despedido, Choso le respondió que se fuera a la mierda y que renunciaba. Estaba cansado de trabajar, estaba cansado de cargar con algo que no le correspondía.

Miro el número de Suguru en la pantalla de su viejo móvil que apenas si podía recibir mensajes y llamadas. El plan que Suguru le ofreció era simple: le diría a su padre que Kaori estuvo depositando en secreto fuertes cantidades de dinero a Choso, quien eventualmente iría hasta Tokio y tendría que contarle "toda la verdad" al Sr. Geto, además de que le pagaría bien por eso, Suguru también hablaría con su padre para convencerlo que todo fue plan de Kaori y que debían ayudar a Choso y sus hermanos hasta que se graduaran de una buena universidad. 

El trato no sonaba nada mal, pero a Choso no le convenía en lo absoluto, no con una madre como la que tenía. Pero, afortunadamente, su madre era su madre, y contaba con ella para que se aferrara a su nuevo esposo como la harpía que era.

—Hola, Choso, ¿Ya decidiste? —dijo Suguru, casi sonando como un personaje de una de esas películas italianas de mafiosos.

—Lo haré —sentenció.

Podría jurar que vio a Suguru sonreír triunfante frente a él.


Falling for U #2: Es... complicado  [NanaGo] [Jujutsu Kaisen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora