Los ojos del pequeño Omega se cristalizaron de una manera exagerada, nublando por completo su vista y sintiendo como las lágrimas empezaban a derramar por si solas, su corazón punzaba de manera dolorosa y su pequeño lobo se estaba haciendo bolita en su interior.

— Y-yo lo siento mami.... No era mi intención arruinarlo c-como siempre... — Aguantando con cada palabra su llanto, quería y necesitaba un poco de amor abrazador para él. — D-de verdad lo lamento...

— Si de verdad lo lamentas, no vuelvas a llamar otra vez, tú no eres mi hijo, así que deja de llamarme "mami" ridículo Omega, madura. — Gruñó. — Tienes 19, compórtate como lo que eres, un adulto, además.... Yo solo tengo un hijo, el cuál si me pudo dar nietos y si sirve en esta vida.

— Y-yo leí que a veces el celo tardaba en llegar p-por...

— Sean cuáles sean las razones, no me importa, tu vida no me importa.

— M-madre encontré trabajo, pronto viajaré para visitarlos y les llevaré muchos regalos... — Trataba de retener su llanto, quería ser como su madre pedía, más maduro, pero simplemente no podía, sus manitos estaban hechas puños sobre su polera, y trataba de asimilar todo lo que estaba sucediendo, no entendía como un día tan hermoso estaba finalizando con algo tan triste. No escuchó respuesta alguna, la línea se cortó, pasaron segundos y minutos, en los cuáles su llanto se podía escuchar cada vez más fuerte en la pequeña sala, dirigió sus manitas a su boca para cubrirse y así, oprimir sus sollozos, rogando de no ser escuchado.

Sintió unas manos rodear su cintura en el momento exacto que sus piernas flaquearon, fue arrastrado a su habitación por los brazos del Alfa que empezaba a soltar su aroma para poder tranquilizar el llanto contrario, cosa que logró de a poco, Win sorbía su naricita rojiza justo en la puntita, podía sentir la mirada de Bright sobre él, se sentía todo lo peor de una persona, cobarde, pequeño, inmaduro, no podía encontrar nada bueno en él.

Bright no lo soportaba, no toleraba ver a su Omega de esa manera, necesitaba saber las razones por las que su familia lo trataba así, pero no podía ser insistente, eso haría sentir peor al cachorro, así que lo que único que hizo fue rodear el pequeño y frágil cuerpo de Win, pegándolo al suyo para poder consolarlo, podía sentir como su lobo gruñía de coraje por el llanto del menor, a partir de ahora siempre odiaría observar lágrimas en los lindos ojitos de Win, a menos que sea de felicidad.

— Ya, corazón, por favor calma, estoy contigo y no te voy a dejar. — Murmuró en el oído contrario, oyendo como de a poco los sollozos se calmaban y dejaban de ser audibles, eso lo logró tranquilizar a él también.

— L-lo siento... Yo no quería...

— No debes pedir disculpas, tú no has hecho nada malo bebé, ¿si? Solo quiero que me expliques lo que pasa para poder ayudarte en lo que pueda. — Animó.

— Solo tuve una pelea con mi madre, no es nada.

— ¿No es nada? Winnie estabas llorando hace unos minutos, confío en ti, pero no puedo creerte cuando dices que no fue nada. — Suspiró con suavidad, repartiendo pequeños besos en el rostro ruborizado, que ahora solo soltaba suaves y pequeños sollozos ahora más calmados.

— E-ella aún está molesta conmigo... — No iba a correr el riesgo de que Bright se enterara, eso sería una tragedia, jamás se perdonaría el que por su culpa se alejara la única persona que lo quería, se sentía tan completo con el Alfa, no quería ser soltado, no de nuevo.

— Ah, bebé, no sé que fue lo que haya pasado entre ustedes dos, pero créeme que te apoyaré en todo lo que necesites, si algún día me quieres contar lo que sucede estaré aquí para escucharte, me ganaré tu confianza.

Manos de Ángel | BrightWin | Adaptación ✔️Where stories live. Discover now