—Oh —Qiu Yan vaciló por un momento, luego levantó la hoja hacia su rostro. 

Bian Nan llevó a Qiu Yan al asiento trasero de la bicicleta. Qiu Yan guardó las billeteras de Bian Nan y Qiu Yi en su bañador, mientras seguía sosteniendo la hoja en su mano, cubriendo su rostro. 

—¿Nos vamos así? —Bian Nan se subió a la bicicleta y miró a Qiu Yi a su lado. 

Qiu Yi también se subió a la bicicleta y miró su bañador: —Vamos, de lo contrario ¿Qué debemos hacer?. Solo pedalea y baja la cabeza. 

—¿Seremos fotografiados? —Bian Nan subido a la bicicleta comenzó a avanzar: —¿Alguien dará la noticia en la televisión de que hay dos hombres desnudos en la calle? 

—No estamos desnudos —Qiu Yi lo corrigió— llevamos bañadores. 

Bian Nan tiró de su bañador: —En realidad, solo quise decir que está bien, pero tu bañador es muy obvio y el mío que es negro no es tanto. 

—Entonces deberían intercambiar para que sea más obvio —dijo Qiu Yan levantando la hoja.  

—¡No cambiaré! —Bian Nan estaba feliz, en ocasiones este pequeño reaccionaba muy rápido: —No quiero ese bañador que anunciara el principio de la primavera.

El camino del río hasta la ciudad estuvo bien, ya que estaba lleno de solo tierras de cultivo y pueblos, no habían personas, y solo de vez en cuando pasaban autos a toda velocidad y otros que venían en el sentido contrario les tocaban la bocina. Pero, de todos modos era un asunto fugaz y nos les trajo mucha presión. 

Pero fue diferente en la ciudad. 

Tanto las personas como autos, motocicletas de motor y bicicletas a su alrededor comenzaron a formar una situación circundante. 

A Bian Nan nunca le ha preocupado los ojos de otras personas, pero bajo este tipo de imagen todavía se sentía un poco avergonzado. Lo único afortunado es que estaba en buena forma. 

Miró a Qiu Yi, que estaba montando su bicicleta con tranquilidad. 

Bian Nan estimó que Qiu Yi también debe ser un maestro con una tolerancia particularmente fuerte, ya que por lo general, montaba una bicicleta con un verde fluorescente. Hoy incluso usó un bañador del mismo color, que hacía juego con su tono de piel y figura, como si estuviera saliendo de una pasarela. 

Los dos juntos son definitivamente eran unos locos que estaban brillando en medio del camino el día de hoy.  

—¿Tomemos un taxi? —Bian Nan vio un taxi— vi a alguien apuntándonos con su teléfono. 

—¿Se pueden meter dos bicicletas dentro de un taxi? —Qiu Yi lo miró. 

—Tengo sed —dijo Qiu Yan detrás de él, apoyado en la espalda de Bian Nan junto con su hoja. 

—Espera llegar a casa y bebe agua —respondió de manera simple Qiu Yi. 

—¿Por qué no nos detenemos aquí? no tomemos uno, sino dos —Bian Nan disminuyó la velocidad. 

—Quiero beber agua —susurró Qiu Yan nuevamente: —tengo tanta sed, tanta sed. 

—Llegaremos enseguida —Bian Nan estacionó la bicicleta al costado de la carretera, apoyó las piernas en el suelo, se dio la vuelta y le dio unas palmaditas a la cabeza de Qiu Yan. Justo cuando estaba a punto de decir que podría beber agua cuando llegaran a casa, vio los labios secos de Qiu Yan: —Compraré agua para ti. 

—Yo iré a comprarlo —Qiu Yi vio que Bian Nan estaba por bajar de la bicicleta y lo detuvo. 

—Tú eres demasiado llamativo y asustarás a las personas tan pronto entres a la tienda, mantén un perfil bajo —Bian Nan tomó su billetera, vio una pequeña tienda de diversos artículos al costado de la carretera y se acercó trotando. 

DOS LOBOS Y UN BOLLOWhere stories live. Discover now