– El príncipe SeokJin de Anyang-Gwangcheon.– comentó Yoongi.– No sabia que te gustaba.– le codeo divertido. 

– ¿Lo conoces?.– murmuró sin quitar la vista de ese niño. 

– Su madre era muy amiga de mamá.– contó soltando un suspiro.– La reina a veces iba a visitar a mamá y siempre llevaba a Jin o a Jisoo. 

– ¿Jisoo?.– preguntó confundido y despegó su vista para observar a su amigo. 

– Jisoo y Jin son hermanos.– comentó.– Jin es el primogénito y Jisoo esta comprometida con la princesa Lisa. 

– ¿Cómo?.– su semblante seguía sie do uno confundido. 

– Lisa y Jisoo son amigas, por lo que ella me comentó.– observo de reojo a Jin, quien había posado su vista a donde él estaba, y lo vio levantarse.– Aunque Jisoo sea la menor, se casará cuando sea mayor de edad y Jin debería de buscar a una princesa o príncipe para heredar la corona.– observó a su amigo y sonrió cuando sintió la presencia de Jin a lado de ellos.– Hola Jin.– sonrió y observó a su amigo quien se había puesto nervioso y se había girado a ver quien había llegado a su lado. 

– Hola Yoongi, Hoseok.– reverencio a los dos y posó la vista al chico de tez morena.– Hola...

– Yo...tú...nosotros.– los nervios lo habían gracionado y no había formado una oración completa. 

– ¿Disculpa?.– frunció el cejó confundido. 

– El es Namjoon.– presentó Hoseok.– Namjoon, él es Jin. 

– Un gusto en conocerte Namjoon.– sonrió. 

– El gusto es mio.– murmuró Namjoon aún viendo al chico enfrente de él.– Eres hermoso.– soltó sin más, haciendo que Jin bajará su mirada al suelo por el sonrojo que había adquirido y sus dos amigos amigos viéndolo sorprendidos. 

– Gracias.– sonrió.– Tu también eres hermoso.– murmuró sin levantar la vista, y si lo hubiera hecho, tal vez habría visto el sonrojo y los pequeños hoyuelos del moreno. 
















 

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La fiesta seguía a pie, los reyes de los pueblos vecinos seguían bailando y hablando entre ellos, mientras que los príncipes seguían divirtiéndose y correteandose entre ellos. 

Las trompetas se hicieron escuchar, haciendo que todo el mundo parará de hablar y bailar, las puertas se abrieron y tres lucitas pequeñas de colores haciéndose ver apenas. Las tres luces volaron por encima de los reyes y del pueblo hasta parar enfrente de los reyes de Daegu. 

Las lucecitas dieron vuelta en su lugar, hasta que se hicieron más grandes y tres cuerpos humanos se hicieron notar. Los tres tenían tres colores que los caracterizaban; azúl, verde y rosa. 

El Principe Durmiente •KookTae•Where stories live. Discover now