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Poco a poco la primera prueba se acercaba a Hogwarts y los 4 campeones se preparaban para enfrentar lo que fuera. Leash, Harry y Hermione habían unido fuerzas para investigar lo más que pudieran sobre dragones, sus debilidades, desventajas y por supuesto, ambas chicas entrenaban a Harry para que estuviera lo más preparado posible.

Ron seguía molesto con Harry, por lo cual se había limitado a ver a sus amigos interactuar y cada vez juntarse más con la chica nueva, con la cual habían desarrollado una buena amistad. Leash era muy analítica, inteligente y tenaz, actitud que encajaba perfectamente con ellos.

Sin embargo esas no eran las únicas amistades que Leash había elaborado, ella y Neville eran más cercanos que nunca. Eran bastante diferentes, pero se complementaban de una manera única, en la cual sabían que podían encontrar una confianza inmensa en el otro.

Por otro lado, por más que Leash quería mantenerse alejada de Draco Malfoy, se encontraba a ella misma buscándolo, al punto que cuando Snape asignó un trabajo en parejas, fue ella quién le pidió a él que trabajaran juntos y esa era la razón por la cual Draco y ella estaban en su cuarto, trabajando en su proyecto de pociones.

-Ug ya me harté- Draco dejó caer el libro en su rostro, quejándose por quinta vez

Estaba acostado en la cama de Leash con su cabeza colgando a un lado de esta, no llevaba ni media hora y Draco ya se estaba dando por vencido.

-Si hubiera sabido que ibas a ser así de quejumbroso, me hubiera puesto con alguien más- suspiró Leash sin apartar la vista del caldero que le habían prestado para poder practicar

-Esto es estúpido, somos los mejores de la clase, Snape debería exentarnos y ya- Draco siguió con su berrinche

Leash agregó un polvo a la mezcla y una onda de calor salió del caldero, haciéndola empezar a toser.

-De acuerdo, debemos empezar a trabajar- comentó concentrada, tomó su melena de cabello y con una liga intento amarrarlo en un chongo, sin embargo, su cabello era muy abundante y le era imposible amarrarlo de manera ordenada

Draco notó que le estaba costando trabajo y se levantó de la cama, posicionándose detrás de ella.

-Dámela- pidió Draco refiriéndose a la liga, Leash lo volteo a ver confundida pero obedeció

Draco sostuvo la liga con su boca y tomó la cabellera roja sangre de la chica en sus manos con delicadeza, intentando no lastimarla o jalarlo y con rapidez, empezó a trenzar su cabello.

-¿Cómo sabes hacer trenzas?- preguntó Leash con gracia

-Pues, siempre fui más apegado a mi madre, antes solíamos sentarnos al lado de la chimenea, ella me leía un cuento y yo le trenzaba el cabello, pero, eventualmente crecí y pues, cambie- dijo sin dejar de peinarla

-Hace mucho nadie me peinaba- comentó ella- Mi madre lo hacía todo el tiempo, ella sabía manejar mi cabello, ya que era idéntico al de ella- una sonrisa se pintó en su rostro- Yo era completamente igual a ella, mismos ojos, cabello, piel y voz- rió con amargura- Éramos como almas gemelas-

No habían vuelto a tocar el tema de su vida, esto en respeto a Leash, ya que era más que obvio que a ella no le gustaba.

-Suena a que es una mujer increíble- comentó Draco aún con la liga en sus labios

-Sí, lo era- aseguró Leash

Draco terminó de peinarla y sus manos se mantuvieron unos segundos más en su cabello, dejando el color infundir en él. Leash llevó una mano atrás de su nuca para tomar su trenza y rozó su mano con la de Draco.

-Gracias- susurró Leash con gratitud y continuó trabajando en la poción.

Draco se quedó en silencio observándola, había momentos en que Leash se distraía y bajaba está guardia imaginaria que usaba para cerrarse a los demás, y esos momentos eran los que dejaban a Draco sin palabras.

Leash se veía tan delicada, la luz de las velas reflejaban en su tez una suavidad que Draco se moría por sentir. Sus ojos azules brillaban de una manera que él sentía como si pudiera nadar en ellos. Parecía que ella no lo había notado pero su cicatriz estaba expuesta y Draco pudo verla con claridad por primera vez.

Ni siquiera se dio cuenta cuando lo hizo, pero su mano estaba acariciando la cicatriz en su rostro, Leash estuvo a nada de atacar cuando se acercó, pero al sentir el tacto de su piel, algo en ella se calmó, Leash se quedó pérdida en los ojos grises de él, encontrando algo que no le había visto antes, calidez.

-¡Malfoy!- la voz de Blaise los hizo separarse, rompiendo la burbuja que se había creado- Tenemos entrenamiento de Quidditch, despídete de tu novia y vámonos- dijo él chico tras la puerta

-Lo voy a matar- susurró Draco cerrando los ojos- Lo siento, tengo que irme- tomo su libro y lo metió a su bolsa rápidamente

Tomó la manecilla de la puerta pero antes de irse se volteó y le dio a Leash un beso en su mejilla derecha.

-Nos vemos- y con una sonrisa, se fue

Leash se quedó paralizada, viendo la puerta por donde había salido, tocando su mejilla en donde él la había besado, con el rostro completamente sonrojado.

No significa nada- 1 (Draco Malfoy)Where stories live. Discover now