𝐁𝐀𝐃 𝐁𝐎𝐘 ₪ YiZhan [PAUSA]

⋆⌘⋆ aclaraciones importantes

—Yubin...

—¿Por qué? —bisbiseó, sin atreverse a mirarlo. —T-tú dijiste que él no te interesaba. No lo entiendo, aunque quisiera hacerlo, n-no puedo. —su voz quebrándose.

Yibo suspiró sintiéndose terriblemente mal. Siempre alegaba de que no quería que nadie dañara a su primo y, al parecer, él estaba siendo el principal causante de sus lágrimas ahora.

Se sentó al lado suyo, notando la tensión, el dolor que le estaba provocando con su cercanía y el recuerdo de haber sido visto besando al omega del que, actualmente, ambos sienten algo.

—Ni siquiera yo sé cómo pasó. —murmuró, sintiéndose un gran idiota ante su pobre respuesta.

—Sabes que me gusta, Yibo. Confíe en ti con respecto a mis sentimientos.

—Yo pude haber dicho muchas cosas, pero uno nunca sabe cuándo la situación pueda salirse de control. No estaba planeado, solo sucedió...

El silencio volvió a presentarse. Yubin apretó sus manos en los codos mientras apegaba las rodillas aún más a su pecho. Como un niño pequeño perdido en la sombre de sus pensamientos, ilusiones rotas que no volverían a curarse.

─Tenía tantas cosas para demostrar. ¿Sabes? Idealicé momentos que jamás sucederán en mi realidad.

El mayor supo que una vez más que Yubin estaba contando una parte de él. Por lo que simplemente calló y empezó a escucharlo con atención.

—Siempre intenté destacar. Ser el mejor en todo, aprender mejores modales, ser el orgullo de mis padres. —sorbió por la nariz, intentando no perder el hilo del tono de su voz. —P-pensé que eso me haría un gran alfa, alguien que pueda corresponder el amor de un ser tan noble como Zhan.

─No fue mi intención causarte este daño-

Yibo se abrumó ante tantas sensaciones negativas, esas que le torturaban diciéndole que cometido un pésimo error. Era una encrucijada, una lucha interna. Él no planeó nada, a Yibo no le interesaba nada más allá de su persona y familia.

—Pensé mucho, pero al final nada sirvió. Lo que tanto me cuesta mantener al parecer es inútil. ¿Acaso no está bien cómo soy? ¿Debería cambiar en algo? Quizás así...

—No, Yubin, saca eso de tu cabeza. —decretó firme tan solo entender el giro del tema, más tampoco quería sonar brusco. —Tú no tienes porqué cambiar. No has hecho nada mal, solo es que... Quizás no es el omega indicado para ti.

Intentó ser sutil, no quería agravar la conversación.

—¿Y tú sí?

─Jamás dije eso. De hecho, creo que soy un gran estúpido por sentir algo por alguien como Zhan sabiendo perfectamente la clase de persona que me define. ─resopló, ser consciente de la realidad que lo rodeaba no sonaba bien. ─No es culpa de nadie, Yubin.

─¿En verdad lo quieres?

Yibo tragó saliva, sus manos se removieron algo inquietas ante la pregunta repentina. La imagen adorable de hace horas atrás cuando el omega discutía queriendo ganar siempre. El recuerdo de la textura de sus labios contra los suyos. El dulce aroma que lo envuelve, que le roba suspiros. La atracción y el interés que lo lleva como un viajero perdido a un cristalino y puro oasis en busca de salvación, de seguir viviendo.

¿Lo quería?

Sí. Quizás esa palabra quedaba realmente corta ante el libro que se iba escribiendo sobre sus sentimientos y cada vez se expandía más y más.

─Creo que tampoco te harías una menuda idea, Bin.

Optó por decir algo corto. Contar lo que le sucede y lo que siente, nunca se le ha sido algo fácil en la vida. Sin embargo, el azabache no necesitaba de muchas explicaciones. No cuando observaba la mirada perdida de Yibo, con un ligero rubor en esas mejillas que nunca creyó que pudiera reaccionar así. Jamás lo había visto así por alguien y, comprendía cómo podría estar ahora porque Zhan también le hacía sentir lo mismo. A diferencia clara qué él ni tenía ni las más pequeña oportunidad.

Debería envidiar a Yibo, querer estar en su lugar por el hecho de haber logrado algo que él no podía ni nunca podrá. ¿Quién lo dirías? Yubin no era fanático de las malas actitudes de su primo y nunca planteó seguirle el paso. No obstante, ahora parecía todo lo contrario.

—Solo promete algo, Yibo.

El mencionado recobró cierto sentido, asintiendo levemente mientras ambos conectaban miradas.

—Prométeme que lo cuidarás, dime qué no le harás daño.

Para ese punto más alto de la pirámide de emociones. Los ojos de Yubin se cristalizaron, la primera gota salada se deslizó por su mejilla con lenta tortuosidad.

Y a pesar que le dolía en el alma y corazón. Yubin sabía que lo estaba haciendo bien. Porque quería a Zhan, pero no podía imaginar un futuro junto a él cuando en su presente solo era un amigo más, un hermano menor que el omega adoraba abrazar. Ponerse una venda y taparse los oídos para vivir en una mentira sería seguir incrementando el malestar, sostener la ferviente pena de insistir en algo que no tiene fundamento para existir en su corazón y mucho menos en el de Zhan.

Lo dejaría libre de sus sentimientos, para poder sanar él mismo. Aceptar que el omega no era para él iba a ser realmente complicado, más no era lo mejor para empezar el camino de construcción.

─Lo prometo.

Se selló lo pedido, con una frase segura y nada titubeante.

─Lo haré por él, por mí, por todo lo que estoy sintiendo, Bin. ─alzó la vista al cielo, la lluvia empezaba a disminuir. ─Daré lo mejor de mí. ─susurró. ─A pesar de que esta sea una etapa totalmente desconocida.

─Lo harás bien. ─por primera vez en la noche, el menor le dedicó una suave sonrisa. Dejando que la preocupación en el castaño disminuyera y le correspondiera el gesto.

Se fundieron en la calidez que tanto les caracterizaba como familia, como lo menores que, en la infancia, fueron inseparables. Ahora empezaban a crecer, conocer y experimentar. Pero él cariño fraternal seguía latente a pesar de las circunstancias. El mayor lo rodeó de los hombros, halándolo en un incompleto abrazo que para ellos era más que suficiente. Juntando sus cabezas mientras se permitían aceptar que todo estaba bien, que no había rencores.

Yubin sabía que hizo lo correcto. Porque Yibo también merecía ser feliz y parece que la oportunidad estaba al alcance de sus manos. Él no sería nadie para detenerlo.