⋆⌘⋆ reacciones complicadas

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—¿Llegamos? Dime que sí. —comentó el alfa, haciendo que Zhan rodara los ojos por enésima más. —¿Ya llegamos? —y ahí de nuevo.

El omega soltó un suspiro hondo, deteniéndose abruptamente y logrando que Yibo chocara contra su espalda. —¿Puedes callarte? —giró sobre sus talones para enfrentarlo. —No has dejado de repetir lo mismo una y otra vez y no puedo concentrarme. Si no te diste cuenta, ando revisando la ubicación en mi celular. —le regañó, desesperándose al ver que el castaño simplemente le sonreía con burla, disfrutando por estar acabando con su paciencia.

—¿En serio? Ni siquiera me di cuenta. —respondió, el sarcasmo siendo percibido en el tono de su voz. Yibo se sentía tranquilo, logró hacer que el omega tardara mucho en seguir el trayecto a la estúpida cafetería que de seguro ya iban demasiado tarde y el otro alfa se había largado de una buena vez.

Pero, justamente cuando el pelinegro iba a reprocharle con enojo, una tercera voz resonó.

—¿Xiao Zhan?

Yibo alzó la mirada y el omega dio la vuelta inmediatamente.

—¿Darren-Ge? —cuestionó, un poco sorprendido, haciendo un pequeño puchero brillante. —¡Darren-Ge! —afirmó luego de reaccionar, sonriendo ampliamente mientras corría la corta distancia que los separaba.

El alfa lo esperó con los brazos abiertos y lo cubrió en un abrazo tan sincero como cargado de cariño. —Pensé que ya no vendrías. —le susurró al oído, haciéndole suaves cosquillas con su cálido aliento.

—Lo siento mucho, Ge. —se separó de él sutilmente. Las grandes manos del alfa se posaron en su cintura con confianza. —Pero lamentablemente tuve un percance y...

—Y vino conmigo. —concluyó Yibo, observando fijamente a Darren y mostrando un aura pesado, cargado de fastidio y desbordante desagrado. Su aroma tampoco pasaba desapercibido.

—Oh, comprendo. —asintió. Bueno, creo que no importa. —intentó sonreír con calma. —Aunque creí que tú... —miró al más bajito.

—¿Qué vendría solo? —interrumpió nuevamente. —No, no pudo hacerlo. Lástima.

Zhan contó mentalmente hasta diez para no reclamarle y solo le sonrió a Darren. —Él no se quedará por mucho tiempo, es un par de cosas de nuestro proyecto y ya. ¿Por qué mejor no avanzamos? Necesitamos hablar de muchas cosas, Ge. —se enlazó al brazo del mencionado, dejando atrás a Yibo para que no volvieran a interactuar.

"Alfa imbécil" —maldijo, odiando la manera en cómo este veía el pequeño rostro del omega y odiándose así mismo por no poder evitarlo. Su lobo le reclamaba por no hacer nada para alejarlos y sentía que amenazaban su territorio y sus pertenencias, su lado animal podía salirse de control. —Claro que sí, vamos. —Darren dirigió su mirada a ambos, invitándolos a entrar a la cafetería con aspecto rústico que estaba a un par de pasos.

Yibo a pesar de su molestia al ver a Zhan de meloso con el otro alfa, ladeó su cabeza de un lado al otro y analizó la decoración, asegurándose que todo ahí debía ser realmente costoso.

—Tomen asiento, por favor. ¿Qué desean pedir? —sugirió amablemente. —Yo invito pues como verán, este es un negocio familiar y lo llevo controlado.

El pelinegro abrió ligeramente la boquita, anonadado ante la explicación escuchada. —Eso es increíble, Gege. Gracias, pero no quiero aprovecharme de ello, traje mi dinero también. —le mostró una pequeña billetera que llevaba tejida una flor de pétalos coloridos en el centro. —No se preocupe.

—Oh, no, Zhannie. —le acarició la mejilla rellenita y el castaño evitó a toda costa soltar un severo gruñido. —yo te invité, así que al menos déjame consentirte por hoy. A ti y a...

—Wang. —respondió el otro alfa, cruzándose de brazos y apegándolos cerca de su abdomen. —Por cierto, solo soy su compañero.

—Es un gusto conocerte.

—No puedo decir lo mismo.

Darren arqueó una ceja sintiéndose levemente ofendido pero lo dejó pasar de igual manera.

—Está bien, Ge. —intentó aminorar la tensión. —Yo quiero un latte macchiato si no es demasiada molestia.

—De acuerdo, Zhannie. —aceptó con cariño sin embargo, intentó no suspirar cansinamente ante la mirada asesina del otro. —Tú, Wang ¿Deseas algo?

—¿Tienes cerveza o algo que tenga alcohol?

Zhan lo fulminó con la mirada sabiendo que no podía gritarle en un lugar público y a la vez tan formal.

—Uh, no, no hay esos productos aquí y aunque los hubiera, está prohibido dárselo a menores de edad. —recalcó la frase notoriamente satisfecho de haberle ganado.

—Con un par de billetes eso cambia, todos mueven el trasero por eso.

—¿Qué estás tratando de decir? —su voz se hizo más firme,  Yibo fue el que sonrió ahora.

—¿Encima de estúpido, eres sordo?

El rostro de Darren Wang estaba colorado e hizo el ademán de acercarse al castaño para tomarlo toscamente del cuello, importándole muy poco su alrededor; estuvo a poco de lograrlo, pero cierta delgada y pálida mano lo sostuvo de la muñeca, deteniendo sus intenciones.

—Por favor, Darren-Ge. —lo miró suplicante. Era claro que se hubiera ocasionado una fuerte discusión y no quería que nadie de la clientela pasara un mal rato.

El aludido resopló, intentando guardar la calma. —Discúlpame Zhannie, volveré con las tazas.

Yibo rodó los ojos ante el sobrenombre cursi, estirando sus piernas y haciendo retroceder un poco la silla con todo su peso. Sin embargo, su burlesca sonrisa despareció al notar como el omega lo jalaba fuertemente del brazo para acercar ambos rostros.

—¡¿Qué es lo que te sucede?! —le gritó a través de susurros, su mirada relucía por el enojo. —¡¿Cuál es tu problema?! ¡Ni siquiera debiste de venir!

El alfa se zafó del agarre bruscamente. —Yo no tengo nada, maldita sea. ¿Qué tanto te molesta? —le reclamó. —.Fue él quien mal interpretó un par de palabras.

—¡Eso no es cierto!

—¿Y ahora defenderás a ese estúpido?

—Wang, ya detén tus insultos, es absurdo. —masajeó su sien, intentando calmar el asunto.

—¿Él te gusta, verdad?

—¿De qué hablas ahora? —le recriminó.

El castaño golpeó la mesa con una de sus manos en forma de puño, colérico; asustando a Zhan y llamando la atención de los demás.

—Que si te gusta Darren, mierda. —le aclaró otra vez, sintiéndose extraño, abrumado y extremadamente cabreado.

—¿Qué te pasa? —cuestionó, entre escéptico y enojado.

Yibo se levantó de inmediato. —Todos son la misma idiotez. Pues claro —exclamó con exageración. —, él es perfecto en todos los sentidos, un idiota lleno de estereotipos encajados para omegas urgidos. —tiró la silla. —¿Sabes qué? Quédate con tu imbécil.

Para cuando el pelinegro intentó ir detrás de  Yibo, fue muy tarde. El alfa trotó, huyendo del local y despareciendo de su campo visual. Un par de mozos lo rodearon, evitándole el pase y preguntándole si no lo habían lastimado. Incluso Darren Wang salió del área de preparación y corrió alarmado hacia él.

Lo único que Zhan no entendía en medio de las preguntas ajenas, fue por qué era tan difícil llevarse bien con alguien como Yibo .

Parecía que nunca lo iba a comprender.

𝐁𝐀𝐃 𝐁𝐎𝐘 ₪ YiZhan [PAUSA]Where stories live. Discover now