63: Dolor persistente

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Eran tan doloroso por lo que estaba pasando, y aunque parecía que no, ella se sentía horrible.

Quería mantenerse fuerte frente a su familia, sobre todo frente a su padre, del que tenía la necesidad de cuidar en estos duros momentos familiares. Pero, cuando estaba completamente sola su dolor salía a flote, porque no estaba distraída y pensaba en todo lo que había pasado.

Remus y Tonks habían perdido un hijo, pero, ella también había perdido a un ser querido, el que sería su hermano, y por más que no hubiera comparación de dolor, ella también sufría por la situación.

Aún más sabiendo la relación entre sus padres en esos momentos, y el dolor que ellos estarían sintiendo, que era incomparable con el suyo.

-La cena está lista.

Al oír la puerta abrirse mientras Fred anunciaba que bajase a cenar, Ylenia limpia sus lágrimas con rapidez, y aunque estaba de espaldas a la entrada, sorbe su nariz e intenta sonreír para sonar normal.

-Voy- contesta sin mirar, y oye un silencio indescriptible que la hace girar para ver si su chico se ha ido, pero no era así, la estaba mirando con fijación -, voy.

El pelirrojo cierra la puerta una vez está dentro de la habitación, se acerca con sutileza y se arrodilla ante ella.

-Hey-  frota las rodillas desnudas de la chica y ella sonríe levemente, o al menos lo intenta, pero su cabeza se torna hacia abajo -, hey, Lizzie- pone uno de sus dedos sobre su mentón y la obliga a mirarlo -. Conmigo no tienes que fingir que estás bien- sonríe, brindándole calor con la mano libre -. A mi no me tienes que cuidar de nada, ángel- mientras dos lágrimas rebeldes se escapan de sus ojos, Fred se alza para sentarse y acurrucarla en sus brazos -, soy yo el que tiene que cuidar de ti.

La castaña llora en su pecho mientras su novio la consuela.

Por la parte del Weasley, su corazón se encogía cada vez que veía a su ángel sufrir de esa manera. Le jodía tanto que ella lo pasase mal aunque fuera una estupidez, que no sabía bien como tomar el mando de la situación.

-Llora si eso te va a hacer sentir mejor- dice, sobando su espalda -, pero si no lo hace, para.

Ylenia regula su respiración, alzando el rostro para mirarlo directamente y sonreírle con mucha levedad.

Y asiente, calmándose con la respiración de Fred que chocaba contra su frente. Agarra la camisa del mayor para inclinarlo y poder besar sus labios con suavidad, dejando rastros de sus saladas lágrimas en sus besos.

-Vamos a cenar- habla él -, ¿o quieres que te traiga la cena? Tu papá está abajo esperándonos, pero puedo decirle que te sientes...

-Está bien- lo interrumpe, moviendo la cabeza -, vamos.

El pecoso asiente.


-Tengo que hacer algo ahora.

-Es muy tarde- Ylenia intenta convencerlo para que no se vaya -, quédate y te vas mañana temprano.

-Es que, cielo- Fred habla mientras mira sus ojos -, creo que tu papá se siente mejor a solas contigo- murmura esta vez, mirando a su suegro -. No quiero molestar, mañana vengo temprano, ¿quieres?

-Está bien- acepta -, pero tú no molestas, eres mi novio.

-¿Tú novio?

-Sí, claro.

-Soy más que tu novio, preciosa- sonríe pícaro y ella voltea los ojos.

-Cómo sea, ven mañana, y que también venga George, ¿vale? Quiero verlo.

Perfidia || FW || +18Onde histórias criam vida. Descubra agora