INSUPERABLES [•1]

Capítulo 17: Más amargada de lo habitual

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Escucho el sonido de mi teléfono sonar en algún lado. Gruño y salgo de debajo de las sábanas para buscarlo. Está en mi mesa de noche con una llamada entrante de Jacob.

— ¿Qué?— espeto molesta, estaba teniendo una bonita pesadilla donde yo era la pesadilla.

— Uh, ¿de mal humor como siempre? Solo llamaba para saber cómo estabas, corazón, hace días que no me hablas.

— Estoy bien, adiós — casi cuelgo cuando oigo su risa.

— Cariño, espera — lo oigo y vuelvo el teléfono a mi oreja —, ¿Qué sucede? ¿Necesitas algo?

— Necesito muchas cosas en esta vida y si me pongo específica no terminaría la lista.

— Entiendo, ¿Estás en tu período verdad?

— Lo estoy.

— De acuerdo, ¿Quieres que te lleve helado, hamburguesas o algo para el dolor?

— ¿Una piscola para dispararme las entrañas, tal vez?

Ríe y en vez de alegrarme de oírlo divertirse, me enojo porque yo no estoy divertida. Cuando estoy en mi modo perra insoportable odio que los demás se vean tan sonrientes. Es como si necesitara arruinarles algo en su vida para que estén igual o peor que yo. Si, soy una perra egoísta.

— Voy para tu casa y veo que te llevo en el camino— me dice.

— Mejor no vengas, quiero estar sola y pudrirme en mi dolor los próximos días en mi triste soledad.

— ¡Dios! Estás demasiado pesimista, ¿Tengo que preocuparme?

— No.

— De acuerdo, te dejaré dormir, y come algo, por favor. Cualquier cosa que necesites me llamas, ¿Si, cariño? Ya sea comida o higiene para estos días, llámame.

— Lo haré.

— ¿Qué has comido?

— Mi miseria.

— ¿Y de tomar?

— Mis lágrimas.

— Mhmm, supongo que con eso estarás bien — ríe otra vez. Él aguanta mi periodo cada mes, está muy acostumbrado a esto —. ¿Tienes tampones o toallas femeninas de repuesto?

— Me quedan un par.

— ¿Quieres que te lleve más?

— No, yo iré por ellas y así amargar el día de los demás con mi cara de culo.

— Eres detestable para el mundo, ¿lo sabes, no?

— Sí y me fascina. Ahora, adiós, que tengo una cita pendiente con mi odio al mundo y mis ganas de morir.

— De acuerdo, no acaparé más tu tiempo — sé que está sonriendo—. Te amo, corazón. Llámame cada tanto que quiero saber cómo estás.

— Si, chau — cuelgo y dejo el celular a un lado. Le doy un golpe a la almohada, por qué sí, y me rodeo de otras almohadas para que me den calor. No tengo encendida la calefacción por lo que me estoy congelando. El clima de Londres está igual o peor que mis ánimos, está lluvioso, nublado y con vientos fríos, según el noticiero habrá tormenta en la noche y no puede darme más felicidad esa noticia, por lo menos el clima está de mi lado, volviéndose una mierda asquerosa como yo.

Sonrío mirando la ventana donde golpean las gotas de lluvia. Abrazo mis piernas en mi posición fetal y me acomodo para dormir unas quince horas más antes de tener que volver a deprimirme.