-Me llamó y se notaba que estaba desesperada, la quiero ayudar, Dan, es una niña...

Creo que está caminando de una punta a la otra de la habitación en la que se encuentra, lo noto en su respiración y en el tono de voz.

-Solo regresa después, ¿si?

El miedo en su voz es tan obvio y tan pesado que hace que me duela el alma.

No puedo dejarlo solo, no puedo dejarlos.

-Volveré contigo y Damon, Dan, no te preocupes...

Escucho como gruñe y luego suspira.

-Solo regresa, ¿si? Solo eso, rusa.

Asiento con la cabeza pese a que no me pueda ver.

-Te am...

-¡No!-Me interrumpe-. Deberás venir hasta aquí y decírmelo de frente, ¿entiendes?

-Esta bien, nos vemos, mi amor.

-Hasta dentro de un rato, rusa.

La llamada se corta y sigo conduciendo por las calles de la ciudad italiana mientras veo como el lugar apenas está empezando a tomar color. Veo el reloj en mi celular y ni siquiera son las 11 AM.

-¿Dónde estás, Roma?-Murmuro para mí misma al ver que estamos bastante cerca.

Estaciono la camioneta, frente a un local de ropa de bebés, y me bajo luego de esconder mi arma en la cintura de mi pantalón de chándal. Doy algunos pasos hasta que siento como alguien me toma del brazo.

-Oh, una ex policía...

Veo por sobre mi hombro a un hombre alto y rubio, ojos oscuros, el cual sostiene con fuerza mi brazo.

-Oh... ¿Eres mi fan?-Le sonrío.

Él me mira con el ceño fruncido y hace que su agarre de verdad me lastime.

-No lo hagas más difícil y solo acompáñame...

Su mano no se despega de mi brazo, por lo que sin dejar de mirarlo a los ojos le pego un rodillazo en las pelotas pero no cae, contrario a eso me toma del cabello.

-Eres una jodida perra.

Me río alto, para esconder mi miedo al ver que no hay nadie a quien pueda pedir ayuda.

-Dime algo que no me hayan dicho ya, imbécil.

El estúpido lleva su mano a mi boca, por lo que la muerdo. Veo como sus ojos se oscurecen, pero cae a mi lado rápidamente, logrando que casi gima de felicidad en cuanto me encuentro a Roma con un su arma en la mano, con la cual le dió un culatazo al imbécil.

-¡Vámonos de aquí!-Grita abriendo bien grande los ojos.

Ambas corremos en dirección a la camioneta, yo aún no logro comprender bien qué ocurre, pero, en cuanto estamos en el vehículo alejándonos del caos, una carcajada se escapa de mi garganta.

-¿Qué carajo acaba de pasar?-Jadeo.

Ella mira sin parar detrás nuestro.

-Acabas de conocer a la gente de Erick y Owen.

Niego con la cabeza mientras miro detrás mío que nadie nos esté siguiendo.

-¿No tienes a tu gente aquí, Ro?

Ella se ríe.

-Digamos como que no quise hacer algo que me ordenaban y ahora tengo un puto punto rojo en mi frente constantemente...

Ambas guardamos silencio algunos segundos.

-Quedaste fuera de la mafia, ¿no?

La italiana suspira profundamente y veo como se rasca la nuca.

Última vuelta [Daniel Ricciardo] ✓On viuen les histories. Descobreix ara