— Ah, me parece muy bien, ahora sí vamos a cenar.

— Eres un Alfa muy raro, no te preguntaré si tienes Omega porque se que terminaron hace un tiempo... Cierto, P', ¿cómo te sientes? Casi ya pasará un mes. — Habló el pequeño de manera inocente, sirviendo la comida en dos platos, para después sentarse al lado del azabache, el cuál lo esperaba ya sentando con una gran sonrisa en su rostro.

— Si te soy sincero extraño la compañía, pero no a él, me siento mejor... Pero hoy me pidió disculpas en la empresa... Dijo que había encontrado a mi destinado.

— ¿Empresa? Creí que solo trabajabas en la cafetería... Espera, ¡Ah! ¡Cocinaste muy bien! Está muy rico.

Par de tórtolos.

— ¡Ah! Tienes razón, sabe muy bien, wow... Es lo primero que hago bien en la cocina. — Exclamó el azabache asombrado, empezando a devorar la comida hambriento. — ¿Esto hice yo?

— Gracias a mí. — Murmuró el castaño con una sonrisa egocéntrica, intentando empezar una pequeña pelea de juego.

— Gracias a ti, Winnie.

Pudo sentir sus mejillas sonrojarse de nuevo, a este paso parecería un tomate en vida, pero no lo podía evitar, ese Alfa le ponía los nervios a mil con tan solo una sonrisa tan encantadora como la de él, siendo adornada por sus blancos dientes y sus hoyuelos marcados.

— No hagas eso, se supone que teníamos que pelear. — Susurró desviando la mirada para continuar comiendo sus fideos, llenando sus mejillas con comida para evitar responder a lo que diga el azabache.

— ¿Querías pelear? Eres un cachorro peleonero, pero muy tierno.

— ¡Nof sof uff cachorrf!

— Claro que lo eres, mírate. — El de ojos café intenso llevó su mano a la mejilla del pequeño sonrojado, acariciando la delicada y suave piel, la cuál se encontraba rellena por la comida, eso le causó aún más ternura.

El menor tragó rápido, atragantándose en el proceso, palmoteó también la mano del Alfa, apartandola. — No toques ahí, es privado. — Ambos empezaron a reír por lo reciente dicho, un chiste mal contado pero de todos modos gracioso.

La cena terminó y pronto llegó la hora de despedirse, ambos se sintieron un poco desanimados, pues la noche había pasado rápido y ahora el pequeño Omega se encontraba guardando sus cosas, listo para irse.

— Yo... Te llamaré un taxi, Winnie. — Murmuró el azabache, tomando su teléfono para marcar a su Uber de confianza, cuando culminó la llamada se acercó a Win para poder tomar su pequeña manito y colocar tres billetes en ella, sonrió. — Gracias por ayudarme hoy, es la primera vez que no ceno algo comprado.

— No hay de que Baii, pero... Esto es mucho dinero, déjame devolverte...

— Para nada cachorro, quédate con eso, te mereces más.

— ¿E-en serio? — Murmuró Win sorprendido, pues no había recibido en mucho tiempo esa cantidad de dinero, no pudo evitar saltar a los brazos de Bright, rodeando su cuello con fuerza por la emoción que sentía, los brazos del Alfa lo sujetaron con firmeza e incluso sintió sus pies levantarse de el suelo, pues el azabache lo estaba levantando, se sentía tan cómodo, estar en los brazos del mayor era como estar en las nubes, tan suave, tan encantador y más por el hecho de que podía respirar el aroma a vino tinto de manera más cercana.

Pero la linda burbuja tuvo que romper por el sonido de el claxon de un auto en espera, se separaron de inmediato, soltando pequeñas risas nerviosas.

— Pasaré por ti mañana Winnie, espérame listo.

— Claro que lo haré, duerme bien, ¿si? Y no olvides limpiar lo que ensuciamos.

— Lo haré porque me lo pides, pero no prometo nada. — Rieron alegres, pero seguidamente Win tuvo que correr a la puerta de la casa del mayor para salir de ella, sintiendo su corazón latir a mil por las recientes experiencias, su sonrisa era de oreja a oreja al recordar cómo el Alfa lo tomaba en brazos con tanta delicadeza y cariño, se sentía incluso conmovido.

¿Qué pasaría cuando el Alfa supiera que él era estéril?

Sus ánimos cayeron, si eso pasaba el mayor se alejaría de él y lo abandonaría como su familia lo hizo, nadie desearía tener a un Omega defectuoso como amigo, mucho menos como pareja.

Su lobito empezó a llorar también, pero de tristeza al ver como su humano estaba sufriendo de manera silenciosa y más aún al saber que probablemente se alejaría de su destinado, su vida era tan vaga y triste mientras que al mismo tiempo era perfecta con tan solo estar unos segundos cerca de Bright.

«Mi corazón, mi mundo, todo te pertenece a ti.»

Nota de adapta-autora:

¡Hola, bamboos!

Ellos son tan "jefe-empleado" como cuando en la vida real dicen que son "bros". En fin, dejemos que los bro ("jefe-empleado") sigan pensando que nos engañan.

— lilybws.

Manos de Ángel | BrightWin | Adaptación ✔️Where stories live. Discover now