— No, no, cuidado. — Tomó las grandes manos del mayor con delicadeza, pues no quería hacer un mal movimiento y ocasionar un accidente con el cuchillo, empezó a guiarlas para cortar la cebolla en cuadrados pequeños, la posición era un tanto incómoda, así que prefirió ponerse entre los brazos de Bright, sintiendo el fuerte pecho del azabache pegarse a su espalda, era como la escena de una película romántica, donde la pareja cocinaban juntos, uno abrazando al otro por detrás y brindándole calor amoroso.

Ninguno pudo concentrarse después de eso, estaban ruborizados por lo ocurrido, todo lo que empezó por una inocente intención de tener una posición cómoda con la cuál trabajar terminó en una más apegada, más romántica y emocionante para ambos.

Por otro lado, sus lobitos saltaban de emoción por el reciente acercamiento que habían tenido, sus corazones se estremecían cada vez que recordaban lo recientemente ocurrido, mantenían también unas pequeñas sonrisas en sus rostros.

La noche pasó rápido, en una hora ya habían terminado de poner la mesa y de servir la comida que ahora se olía por toda la casa y hacía babear al Alfa.

— ¡Mh!~ Wow... En serio eres el mejor maestro. — Habló un Alfa muy impresionado al mirar los platos servidos, con una muy buena pinta.

— No es verdad, si salió así de bueno es porque lo hiciste tú P'Baii, yo solo te ayudé.

— Entonces eres el mejor ayudante, merezco un premio. — Pidió el azabache sirviendo en dos tazas té para ambos, mirando de reojo al castaño.

— ¡Un abrazo!

Los cortos bracitos de un Omega rodearon el torso de un Alfa que sintió un leve rubor en sus mejillas, mientras que sus manos se colocaban en un costado del pequeño y frágil cuerpo que ahora se encontraba entre sus brazos, no podía creer que el Omega tuviera la iniciativa de acercarse tanto a él y menos después de dos ocasiones en las cuales aún se negaba a tener alguna clase de amistad hasta ahora, mientras que su lobo se sentía con total dicha, al fin tenía a su pareja entre sus lados, aunque su lado humano fuera un idiota distraído, agradecía que el Omega del castaño no le fuera indiferente.

Por otro lado, el bajito se encontraba totalmente sonrojado y avergonzado por sus acciones, no podía creer que su impulsivo lobito lo haya llevado a eso con su jefe, con el cuál tanto había luchado para mantener una distancia, lo que mas le confundía era que su pequeño lobo se sentía bien entre aquellos brazos y contra ese fuerte pecho, su lado animal lo llevo a enterrar su nariz en el pecho del más alto, el cuál por inercia empezó a soltar feromonas llamando a algo más al Omega, intentando propiciar el celo durante todo aquel caluroso abrazo, pero sus planes fueron truncados por el mismo de piel de porcelana que se separó de él con un precioso sonrojo en su angelical rostro.

— Bien, ya hay que comer que tanto el pollito y el té se enfriarán. — Se separó de manera rápida para ir a su lugar y empezar a cortar su pieza de pollo.

— Te ves precioso, no entiendo cómo no tienes un o una Alfa — Preguntó inconscientemente, tal vez porque de verdad deseaba que el bonito castaño no tuviera a ninguna pareja sentimental o tal vez por mera curiosidad, ni él sabía con exactitud, pero imaginarse que su pequeño tuviera algún romance lo ponía nervioso en incluso enojado.

— No deberías de preguntarme eso... P'Baii, vamos a comer.

El Alfa suspiró casi vencido, intentando no decir algo más fuera de lugar al dejarse llevar por su lobo. — ¿Puedo conocerlo?

— ¿Conocer a quién?

— A tu Alfa.

— ¡Yo no tengo ningún Alfa! Y si lo tuviera no deberías conocerlo P' tonto.

Manos de Ángel | BrightWin | Adaptación ✔️Where stories live. Discover now