| Introducción |

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Izuku sabía que no era el único que se encontraba en la situación en la que estaba.

Veras, este mundo se dividía por quienes tienen una peculiaridad, dones individuales que dieron origen a los aclamados y adorados ProHeros (y villanos); y por otra pequeña cantidad que no tenían absolutamente nada de eso.

Si se creía que en el mundo ya había discriminación suficiente por esto y por aquello (géneros, subgéneros, economía, etc.), estaban equivocados, porque el nacimiento de dichas peculiaridades solo era un tema discriminatorio más a la lista.

Ahora, Izuku Midoriya nació sin peculiaridades, así ha sido siempre, por más que deseó con todas sus fuerzas, no hubo ni llegó nada a él. Eventualmente lo aceptó, sería un tipo promedio con una vida promedio, un trabajo promedio y solo eso: promedio.

Sin embargo, la vida le dio una patada más: Omega. Se había presentado como omega cuando todo apuntaba a que viviría como beta. Había odiado todo y a todos durante meses, pero de nuevo, eventualmente lo aceptó. Aprendió a querer su cuerpo y su vida justo como se le había dado y con el tiempo las cosas mejoraron.

Cuando estaba en su último año de universidad (estudiando análisis de peculiaridades) conoció a este tipo que apenas había debutado como héroe. Dynamight, un alfa (por supuesto), alto, espalda ancha, brazos fuertes, cabello rubio un poco corto -pero sucio por el trabajo-, traje de héroe adherido a su celestial cuerpo y la mitad superior de su rostro cubierto por una máscara. Katsuki Bakugo.

Izuku aún se podía sonrojar si recordaba la primera vez que tuvo a Katsuki frente a él.

Hubo un ataque en la biblioteca más cercana a su campus, Izuku estaba ahí, pudo haber salido a tiempo, pero no, regresó a otros pasillos al escuchar a alguien pidiendo ayuda, aquella persona logró salir cuando los escombros apenas estaban cayendo, pero él no. Bakugo lo había salvado ese día.

Para Izuku ese día estaba marcado como uno de los mejores, incluso si su brazo había terminado roto. Aún no sabe cómo o por qué, pero captó la atención de Katsuki y el rubio había estado buscándolo hasta que dio con la universidad, su carrera, su salón y lo había invitado a salir.

Katsuki se esforzó mucho en cortejar a Izuku, realmente había puesto toda su mente y corazón en ello, sobre todo porque Izuku había estado un poco reacio al inicio, diciéndole a Katsuki tonterías como: "Tu eres increíble Kacchan, mereces a alguien mejor que yo", "No quiero que te afecte salir con alguien sin peculiaridad". Estupideces, eso pensaba y sigue pensando Katsuki.

Bakugo no se rindió hasta que consiguió un "sí" a una cita, un "sí" al cortejo, un "sí" a emparejarse, un "sí" a su propuesta de matrimonio y un "sí" en el altar.

Habían pasado años y ninguno de los dos se arrepentían de todo lo que habían logrado y hecho juntos. A pesar de que el sueño de Bakugo era ser el héroe número uno, no titubeó al decirle al público, a la agencia, y a su agente de relaciones públicas, que no toleraría los crueles comentarios hacia su pareja por el hecho de ser sin peculiaridades, y que de ser así se retiraría de sus labores como héroe.

Funcionó, porque los civiles ya no los miraban demasiado cuando salían en público, ni había tantos mensajes de odio en sus redes sociales (que ni siquiera usaba).

Ahora, ambos habían dejado de preocuparse por el "qué dirán" ... o eso había pensado el alfa.

Actualmente, llevaban casi dos días en el hospital. Izuku estaba dormitando en la camilla, exhausto y un poco desvelado. Katsuki estaba a su lado, en un sillón pequeño relativamente cómodo (suficiente con lo que costaba esa habitación) mordiendo la yema de su pulgar con la mirada un poco perdida.

Su cachorra había nacido el día anterior, la llamaron Sora.

Katsuki tenía el presentimiento de que algo andaba mal. Se habían llevado a su pequeña recién nacida para hacerle mas pruebas de rutina, pruebas que se suponía ya habían hecho el día anterior. Bakugo estaba preocupado, y era un eufemismo.

Trató de ocultarlo, no quería inquietar a su omega.

El rubio dejó de disociar sus pensamientos cuando la puerta se abrió, una enfermera pasó con su bebé en brazos, con una sonrisa sueve y murmurando por lo bajo un saludo. Izuku se animó, por supuesto, y recibió mas que gustoso a su cachorra en sus brazos.

Sin embargo, Katsuki notó que su doctor se había quedado en la puerta, solo hizo falta una mirada para que Katsuki se levantara y caminara hacia él. Detrás de Katsuki salió la enfermera.

Bakugo no sé dio cuenta que Izuku lo miraba. El omega no escuchaba lo que el hombre de bata blanca le decía a su alfa, pero observó. Observo la postura de Katsuki: las manos en puño dentro de las bolsas delanteras de sus jeans, la espalda y hombros tensos, su pecho quieto, como si estuviera conteniendo la respiración y, por último, sus ojos: abatidos y confundidos. Simplemente angustiado.

Algo andaba mal.




















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¿Qué tal "suena" la introducción?

Hasta la próxima ∠( ᐛ 」∠)_

●E :)

SORA - [KatsuDeku]Where stories live. Discover now