Cuando Harry se alejó para respirar y pasar una de sus fuertes manos por su cabello, Draco miró el cuerpo tonificado de su alfa. Harry era muy fuerte, sus músculos brillaban y se bañaban en dorado por el fuego de la chimenea que había en la habitación del nido de Draco. Las pequeñas manos de Draco tocaron los abdominales de Harry, y el alfa tomó una de sus manos.

Draco lo miró a los ojos, porque sus pequeños dedos pararon en una de las cicatrices del alfa. Era rosa, larga y de aspecto sano. Las cicatrices eran algo a lo que Draco jamás se podría acostumbrar.

Harry besó la pequeña mano de Draco y también lo miró a los ojos. Fue algo íntimo entre ellos, los ojos de Harry lo miraban queriendo decirle que dejara de pensar en las cicatrices que ahora no importaban.

"Me aterra." Confesó el omega, y Harry no necesitó que especificara.

"Todos tenemos cicatrices. Tú las tienes" Harry se inclinó y besó sus labios, retomando el momento. Sus besos bajaron hacia el cuello de Draco. ", solo que no físicamente."

"Me aterra que alguna vez yo pueda hacerte daño." Murmuró el omega embarazado. Los besos de Harry ayudaban a que su mente se nublara. Si Harry no estuviera ahí con él, todo aquello se convertiría en una espiral de pensamientos que se repetirían mil veces.

Harry dejó de besar su cuello para poder mirarlo a los ojos. Una de sus manos acunó el rostro de su omega, y su pulgar acarició una de las bonitas cejas de Draco.

"Sería un honor que tú me rompieras el corazón, Draco Malfoy." Le dijo. "Porque estoy tan enamorado de ti, que creo que sería incapaz de odiarte por hacerme daño, y que en cambio me sentiría agradecido. Suena como una estupidez, ¿pero no somos así los alfas enamorados? Estúpidos."

Draco sonrió, y asintió. Quiso decirle a Harry que jamás le rompería el corazón, que se veía incapaz de irse de su lado, que ya tenían todos los planes hechos, y que sería un completo error marcharse de allí. Pero solo pudo llorar de forma silenciosa, porque no sabía cómo expresar todo aquello con palabras, porque no encontraba un sustantivo que describiera todas las cosas que sentía por él, su alfa, el hombre del que estaba enamorado.

"Te quiero." Fue todo lo que pudo decir Draco. "Te quiero muchísimo."

"Lo sé." El sereno rostro de Harry se había roto a uno más emocionado y cariñoso. Solía ser serio de cara al público, pero con Draco no era así. "Te quiero. Mucho, muchísimo. De aquí hasta la luna y de vuelta."

"Qué suerte tengo." La risa de Draco salió llorosa. El omega le sonrió con los ojos aguados. "No todos tienen a un alfa que los quiera tanto."

"Hay personas que congenian, tuvieron suerte." Harry llevó uno de los mechones de Draco detrás de su oreja. "Luego estamos nosotros, que nacimos para estar juntos."

El nido de Draco era un espacio íntimo para ellos. Allí era una zona segura, allí Draco leía y pasaba tiempo con su pequeño conejito. Allí sus alfas lo anudaban y allí podía descansar a gusto. Dormía, comía y leía en su nido. Muchas veces llamaba a Harry simplemente para que él estuviera allí; Harry traía los tratados que debía de revisar y leer, y Draco se sentaba a su lado a leer alguno de los libros de Rob.

Draco se quitó el jersey, y dejó su sujetador al descubierto. Harry lo miró con ansias y un brillo oscuro en sus ojos. El sujetador era el negro, el que era suave y cómodo. Rob tenía razón cuando decía que aquello le quitaría la incomodidad, el dolor debía quitárselo otra persona.

Harry le quitó el sujetador mientras lo besaba. Draco gimió incómodo por la sensación de pesadez en sus tetas, Harry le besó en la mejilla y le murmuró algo al oído. Draco dejó escapar un largo gemido de alivio, suspiró feliz y se sintió menos tenso al sentir los labios de Harry lamer su pezón.

blåøyde omega ;; trillizos!potter [harco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora