blåøyde omega ;; trillizos!potter [harco]

atten

Fue por la tarde cuando una pequeña molestia en el pecho interrumpió el vendaje de Rob. El alfa frunció los labios y su cara se arrugó en una mueca adolorida. Draco se acercó con severa preocupación a su amigo, que se había apoyado en la silla de al lado y se había llevado una mano al pecho.

Draco lo sujetó por los brazos cuando Rob quiso mantenerse en pie, lo sostuvo. El alfa se tambaleó un poco.

"¿Estás bien?" Le había preguntado Draco. Tomó el rostro de Rob entre sus pequeñas manos y le inspeccionó la cara.

"Estoy bien." Le aseguró Rob cuando el dolor se evadió, como si no hubiera estado allí nunca. "Estoy bien, no te preocupes. Solo ha sido una pequeña presión en el pecho."

"Deberías descansar." Insistió Draco bastante disgustado cuando Rob se acercó de nuevo al muchacho de la pierna rota.

Rob agarró la venda que se había quedado en la cama con el muchacho seminconsciente. 

"Estoy bien." Volvió a repetir. "Te lo prometo."

Draco lo estuvo vigilando de cerca durante todo el día; o Rob era un gran actor, o realmente no le pasaba nada. Comieron pan duro como todos los días, curaron personas que necesitaban ayuda y Draco volvió a sacar el tema de Ragnar. 

"Lo conocí hace mucho." Le confesó Rob cuando Draco se lo preguntó. "Fue de las primeras personas que conocí en esta manada, cuando no tenía más que veinte años."

El omega alzó las cejas.

"Cuatro años." Jadeó. "Hace mucho que estás aquí, Rob."

El alfa asintió, y se llevó un trozo de pan a la boca. 

"¿Cuánto llevas dedicándote a esto?" Draco se entretenía sacando los hilitos de la manta.

"Comencé a los quince." Respondió, y vaciló unos segundos para reflexionar. "Quince o dieciséis, más o menos. Conocí a John mucho antes, con unos diez años. Solo era su ayudante, miraba y obedecía todas las indicaciones que me daba."

"¡Llevas nueve años dedicándote a esto!" Draco le sonrió con admiración. Sus ojos grises brillaron. "Eso es increíble, Rob."

Rob se rio un poco. 

"Sinceramente, este es el único año que he disfrutado." Miró a Draco, y le sonrió un poco.

Draco apoyó su cabeza en el hombro de Rob, y sonrió.

(...)

Draco volvió a la cabaña una hora y media antes de comer. Solía volver a esa hora para cocinar. Evans y James llegaban más tarde porque salían a cumplir sus tareas; Evans salía a cazar con el grupo y el escuadrón de James se había asentado en la frontera. Según le había explicado James días atrás, cuando ellos estaban tomando una agradable siesta en el nido de Draco, habían percibido a un exiliado merodeando por sus tierras.

Inevitablemente pensó en Viktor. No pudo dormir profundamente al principio, James se había dormido presa del cansancio. Recordó las palabras de Viktor, pero ahora sonaban ridículas en su cabeza. 

Pensó que no podía tratarse de Viktor, ese exiliado probablemente se había marchado lejos. No parecía querer saber nada de los Potter, probablemente habría avanzado hacia el sur aquel mismo día que habló con Draco.

Ya estaría muy lejos, a salvo de todo. Draco recordó que Rob le había mencionado que muchos exiliados solían sufrir estrés postraumático. Sintió lástima y compasión por el alfa, Viktor podría haber sufrido alucinaciones.

Draco abrió la pesada puerta de madera. Resopló con cansancio y se quitó el gorro de lana sobre su cabeza. Desenredó la bufanda de su cuello, se quitó el abrigo y cuando se quitó las botas de nieve las dejó al lado de los zapatos de los hermanos. La diferencia de tamaño era demasiado grande y notoria; los pies de James, Evans y Harry eran grandes, los pies de Draco eran pequeños y bonitos.