🍵ᶜᵃᵖⁱ́ᵗᵘˡᵒ ⁰⁶🍵

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Tocaba el día en que tenían que ir a comprar lo necesario para su primer día de Hogwarts.

Alexsander y Draco se encontraban ansiosos de asistir a aquel colegió aunque falten menos de un mes. Específicamente quedaban 20 días para que los hermanos Malfoy asistieran a aquel colegió.

Debido a la adopción de sangre y a los tres años en los que fue bien cuidado, nadie compararía a Alexsander Tiberius Malfoy Prince de Harry James Potter Evans. Su cabello se alizo gracias a los genes Malfoy y Prince que lograron dominarlo, al querer dejarselo crecer para este punto el cabello le llegaba hasta los hombros. Sus ojos verde esmeralda brillaban sin lentes que los opacaran gracias a pociones.

Creció un poco en ese tiempo y era unos centímetros más alto que Draco, las viejas marcas de mordidas ya estaban desvanecidas de su cuerpo gracias a que tanto Lucius como Severus se aseguraron de que consumiera carne humana.

Lucius consiguió los cadáveres de quienes eran condenados al beso de dementor y con hechizos conservantes y demás tenían una frigorífico lleno de carne en la cocina de la mansión. Así mismo un elfo doméstico, de nombre Dobby, fue asignado por Lucius para que atendiera los caprichos del pequeño híbrido.

Todo esto para evitar que el pequeño niño se lastimara así mismo o a otros, como para prevenir que alguien descubra el lado medió ghoul de Harry. Si el ministerio se llegará a enterar del hecho de que Harry era un híbrido los cuatro se verían siendo besados por un dementor sin lugar a dudas.

Aún así Lucius y Severus saben que el riesgo vale la pena, sus huellas estan cubiertas y la sonrisa de aquel joven hacía que todo valiera la pena.

El día paso normal; tras bañarse, desayunar y arreglarse salieron los cuatro hacía el callejón Diagon por medio de la aparición.

Al llegar esperaron que a Alexsander le pasara el mareo, causado por la aparición, para luego dirigirse a la costureria.

Tanto Alexsander como Draco estaban seguros de que entrarían a Slytherin y charlaban mientras les tomaban las medidas. Draco quería meter de contrabando una escoba al colegio pero Alex desechaba la idea.

— Sera nuestro primer año, no quiero resaltar Malfoy. — Se excuso el menor.

Después de la costureria fueron a la tienda de Ollivanders mientras Lucius iba a comprar los libros y Severus se entro con ellos.

La primera varita que le entregaron a Draco resulto ser suya pero con Harry la cosa no fue tan así.

Probó una larga cantidad de varitas pero ningúna le sirvió hasta que le extendieron una de veintiocho centímetros con núcleo de pluma de fénix y madera de acebo.

La varita lo eligió.

— Curioso, verdaderamente curioso. — Hablo Garric Ollivander al ver la que resulto ser la varita del niño.

— ¿Qué es curioso? — Pregunta Draco.

— Nunca olvido nada sobre la varita que vendo, y es curioso señores Malfoy que esa varita perteneciera a Alexsander debido a que el fénix que otorgó la pluma de su núcleo solo tenía otra pluma en la cola. — Explicó. — Usted va a ser un mago poderoso. — Le dijo finalmente al niño.

Severus sabía que el creador de varitas se refería al señor oscuro pero evito hacer comentarios inecesarios.

Salieron de la tienda y se encontraron con Lucius, y siguieron con su día de compras la cual se extendió hasta la tarde.

•~•~•~•

Y el día finalmente llego, primero de septiembre de 1991, ese día tanto Alexsander como Draco iban a ir a Hogwarts.

Todo iba bien en la Mansión, Alexsander logro convencer a sus padres de que le dejaran llevar a Ashley, la serpiente que le había guiado a sus siete años de edad, con él y Draco llevo consigo a Hedwig, una lechuza nival que le dieron como regalo de cumpleaños.

Severus se encontraba en Hogwarts desde la tarde del día anterior y los esperaba en el castillo

Los dos jovenes se despidieron de Lucius y abordaron el tren con la promesa de escribirle una vez al mes.

Continuará.

Herencia SangrientaWhere stories live. Discover now