🍵ᶜᵃᵖⁱ́ᵗᵘˡᵒ ⁰¹🍵

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Historia dedicada a: Quien sea que la este leyendo en estos momentos.

El mundo es hermoso, lleno de innumerables criaturas de diferentes tamaños, formas e inteligencia.

Entre tantas criaturas tan diferentes existen dos especies de ellas tan parecidas como lo son de diferentes.

Estas dos especies se proclaman así mismas como Ghoul y Humano. Ambos tienen la capacidad de destruir el planeta entero, así como de crear cosas asombrosas.

Y entre los ghouls y humanos existía algo más impresionante que su inteligencia y capacidad para la conversión de materia como la destrucción de esta.

Existían aquellos que nacen con un núcleo de energía mágica. O así fue como ellos lo llamaron, aquellos poseedores de magia eran capaces de mucho más que aquellos que no la tenían, con gestos y pensamientos podían crear lo que quisieran, luz en la oscuridad y agua en el desierto.

A aquellos que no poseian magía se les llamó "Muggle".

¡Ay! Casí me olvidó un detalle importante, es mi deber el decirles ahora, antes de continuar, las diferencias entre un ghoul y un humano.

A simple vista son iguales pero las diferencias son muchas, los ghouls no pueden ingerir absolutamente nada que no sea carne humana o cafeína, los humanos pueden consumir animales, plantas e insectos sin ningún problema. Los ghouls poseen un gran número de células RC que causan que sus ojos puedan adquirir una tonalidad rojiza conocida como Kakugan, aunque poseen la capacidad de desactivarlo a voluntad. Los humanos al poseer menos células RC no poseen esta capacidad.

Los Ghouls aparte del Kakugan poseen también un Kagune, el cual pueden sacar de su cuerpo y utilizarlo para ataque y defensa. Así mismo poseen más fuerza física que los humanos por naturaleza.

Te contaré la historia de un pequeño mago nacido de un humano y un ghoul. El cual, al ser criado por muggles, desconoce todo lo que te he contando anteriormente.

•~•~•~•

Un joven Harry Potter de 7 años vivía en la alacena debajo de las escaleras del N° 4 de Privet Drive, convivía con sus tíos Vernon y Petunia, los cuales tenían un niño de la misma edad que Harry llamado Dudley.

Harry nunca conocio a sus padres por lo que los Dursley eran la única familia que él conocía.

Usaba camisas mangas largas para ocultar las marcas de mordidas que aún no se curaban, pues apartir de los cuatro años le iniciaron unas ganas, casí irrefrenables, de consumir carne humana...

Cuando esas ganas le llegaban se mordía los brazos y se arrancaba trozos de piel que tardaban un día entero en sanar.

Los Dursley le llamaban fenómeno y lo tenían de criado desde que cumplió los 5.

Harry no tenía amigos ni a nadie por el estilo. Aunque la srita. Figg, su vecina, le gustaba charlar sobre sus gatos cuando lo dejaban con ella, Aquella estraña señora siempre le daba carne de comer cuando se quedaba a su cuidado. Y si los animales contaran, Harry tenía a las serpientes que, de vez en cuando, le visitaban contándole sobre su vida cotidiana, el joven de mirada esmeralda se entretenía escuchando los cuentos de aquellos reptiles.

Un mes antes de su cumpleaños N°8 una serpiente le dice algo que él no se creía

He visto a unos humanos hablando sobre tí.

¿En serio? — Un brillo de felicidad y curiosidad apareció en los ojos del pequeño niño. — ¿Estas segura? — Interrogó, algo inseguro.

Lo estoy. — Aseguro la serpiente al joven.

¿Y qué decían? — Pregunto, algo ansioso por saber la respuesta.

Hablaban sobre si tenían que seguir buscando a un Harry... ¿Ese era tu nombre cría de humano? — Fue la contestación de la serpiente.

Llevame donde los escuchaste. — Pidió el niño.

De acuerdo, sígueme. —

Continuará.

Herencia SangrientaWhere stories live. Discover now