『Prólogo』

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Si en un pasado a Park Jimin le hubiesen pedido definir su vida en una palabra, sin dudar habría dicho miserable, y es que así se sentía desde los quince años, cuando luego de su primer celo y ya presentado como un saludable alfa de león, sus padres lo obligaron a formar junto a las hembras de su manada y familia su propio harén, algo impensable para un niño de tan solo quince años que soñaba con irse de Busan y comenzar a estudiar en la gran ciudad de Seúl. Por supuesto a sus padres esto no les gusto, mucho menos cuando al cumplir los dieciséis aún no formaba su harén por estar de novio con un omega macho. 

Nunca le agrado la idea de seguir las arcaicas costumbres de su familia, menos cuando las únicas leonas disponibles para su séquito eran en mayoría sus primas y su propia hermana. ¿En qué cabeza cabe engendrar hijos con tu hermana y primas? Era algo simplemente desagradable, o bueno, para Jimin y su hermana lo era, pues sus primas no tenían problema en seguir las tradiciones familiares. 

Fue al cumplir los dieciocho y luego de que su hermana Jihyo apareciera con un alfa de oso pardo que se formó el caos en su casa, pues para sus padres que su única hija omega se emparejara con un alfa de otra especie era impensable, razón por la que la obligaron a alejarse de su novio y, aun cuando Jimin se negó y luchó con garras y dientes, llevársela lejos de la familia y del oso. 

Fue la gota que rebalsó el vaso, ser separado de la única persona cuerda de la familia lo quebró, decidiendo un día abandonar su hogar y largarse a la gran ciudad, a sabiendas que eso podría lastimar a sus padres, no permitiría que ellos arruinaran su vida y lo hicieran infeliz por más tiempo. 

Desde ese momento su vida comenzó a mejorar luego de conseguir un pequeño departamento con sus ahorros, un trabajo decente cerca de este, y matricularse en una pequeña escuela a veinte minutos de su nuevo hogar. De esa forma no tendría que gastar en transporte y podría ahorrar hasta salir de la escuela e ingresar a la Universidad, tenía todo planeado para comenzar a vivir la vida que siempre deseó. 

Y ahora, con veintiún años y a punto de comenzar su vida universitaria junto a dos de las personas más maravillosas que pudo conocer luego de huir de su pasado, podía definir su vida como perfecta, pues no creía necesitar nada más para ser feliz. 

O así lo creía, hasta conocer a cierto joven arisco y gruñón que acaparó su atención en el instante en que lo pudo ver trabajando en el bar que sus amigos solían frecuentar, tan pálido, serio y elegante, era obvio que era un felino, pero que su piel fuese tan blanca lo hacía dudar. 

Aunque luego de verlo enfrentarse con un par de alfas le despejaron sus dudas. En primer lugar era un felino, pues los grandes colmillos que enseño junto a los rugidos que emitía se lo confirmaron. Y en segundo lugar, era un alfa, pues su potente voz de mando era única.

Y demonios, sabía que gustar de otro alfa era considerado una aberración, pero era tan hermoso y cautivante que eso no podía importarle menos. 

Debía conseguir llamar la atención de ese alfa, cueste lo que cueste. 









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Sempiternal【pjm+myg】Where stories live. Discover now