Capítulo 4

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Harry no bebe con la cena durante el resto de la semana, y tampoco pide un sueño sin sueños. Severus no está seguro de si se alegra de ver al más joven tomando la clase matutina de sexto año sin una poción calmante, o si debería preocuparse por su energía nerviosa. Pero al echar un vistazo al despacho durante su clase de séptimo año, ve a Harry leyendo su propio libro en lugar de seguir la lección.

Se dirige a su habitación para almorzar, como es su norma, y el libro es desterrado a la habitación de Harry mientras llega la comida.

-¿Sales a tomar algo esta noche, Potter?- le pregunta Severus cuando Harry se recuesta en el sillón al terminar.

-No, creo que no-, contesta despreocupado y echa un vistazo a la estantería de Severus. -Entonces, ¿qué es tan importante para ocultar en tu despacho?-.

-¿Todavía no has probado un revelador?- Harry se encoge de hombros y Severus sonríe. -Oh, ¿no te ha revelado nada?- Su voz baja a un tono burlón y Harry entrecierra los ojos para mirarlo. -No oculto nada en mi despacho-, admite.

-Entonces, ¿por qué ocultarlas?-.

-Es divertido ver cómo la gente intenta resolver un misterio que no existe-, dice Severus con sencillez. -Me sorprende que no hayas intentado un revelador antes-.

-Estaba siendo educado-.

-No es propio de ti-.

-Podría ser grosero, si lo prefieres-, los ojos oscuros lo recorren y él se mantiene firme.

-Recuerdo que me mandaste a la mierda más de una vez-, observa como las pupilas de Harry se dilatan. -Muy grosero, Potter-.

-¿Podría mandarte a la mierda ahora mismo?-. El timbre suena mientras Harry levanta las manos encogiéndose de hombros. -Quizá podamos hablar más tarde-, sugiere mientras pasa al despacho. -Así no me emborracho solo-, observa mientras Severus baja al aula negando con la cabeza.

Harry se acomoda en un baño caliente después de una cena rápida y se sirve su segunda copa de vino

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Harry se acomoda en un baño caliente después de una cena rápida y se sirve su segunda copa de vino. Envía una nota a la habitación de Severus con un elfo y se relaja mientras bebe. No es hasta que está terminando su tercera copa que recibe una respuesta a su nota cuando aparece la cierva de Severus.

"Ya estoy de vuelta en mis habitaciones".

"Bien, no creí que quisieras que Prongs dijera que aún tengo moretones mientras estás en la mesa de Hogshead", Harry termina el último bocado antes de servirse otro vaso.

"Eso habría sido muy descortés de hecho", asiente Severus. "¿Cómo se ven?"

"Casi todas desvanecidas, excepto esta de la cara interna de mi muslo", jadea mientras presiona dos dedos contra ella. "Está bastante sensible". Los ojos de Severus revolotean cerrados mientras escucha el jadeo de Harry. "Pensé que era caliente verte desarmar a Lockhart... pero maldita sea", se detiene en un gemido.

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