—Adelante. Y gracias por el café.

—Sí. Yo- uhm, de nada.

Una vez que Seokjin se encierra en su espacio, yo permanezco de pie. La emoción desconocida que me llena a causa del sospechoso trato de mi jefe me resulta indescriptible y, por sobre todas las cosas, aterradora.

— ¿Acaso escuché mal o él realmente acaba de agradecerte por traerle su café? —Nahyun musita en voz baja, y su entrecejo fruncido me indica que se encuentra tan atónita como yo.

Trato de mostrarme despreocupado cuando me encojo de hombros en respuesta, sin embargo, estoy más que sorprendido. ¿Acaso se comporta así porque lo atrapé hablando mal de mí en un baño hace tres días?... ¿Acaso es su forma de disculparse?

No. Es muy poco probable.

—Quizás se golpeó la cabeza con algo y se hizo más bueno.

Mi respuesta hace reír a mi compañera y, entonces, ambos nos dedicamos a nuestras respectivas tareas laborales.

Al mediodía, después de que regresa de una reunión, Seokjin me pregunta si no me importa ir a almorzar ahora para que, cuando regrese, traiga su comida. Aquel accionar solo me confirma que él ha perdido por completo la cabeza, pero también me lleva a retomar la teoría de que está arrepentido por lo que sucedió hace tres días.

—Quiero un bistec —dice, y hace una pausa antes de agregar—, por favor.

—De acuerdo. Puedo traérselo ahora y luego ir a almorzar —ofrezco.

—No, no, está bien —contesta rápidamente—. Y, niño, te sugiero que te tomes la tarde libre. Nahyun y yo iremos a recibir a Kendall Jenner y a enseñarle el lugar donde hará la sesión de fotos para el número de verano. No hace falta que estés aquí solo, el trabajo que tengas pendiente puede esperar hasta mañana.

— ¿Acaba de decir...?

A pesar de que estoy procurando no hacerle notar cuán impactado me siento por lo que ha dicho, su mirada me da a entender que entiende el porqué de mi sorpresa.

Seokjin deja escapar un suspiro y deja caer su peso suavemente contra el respaldo de su silla.

—Adivinaré, otra vez: eres fan de ella —dice, y me mira de una manera divertida.

En respuesta, tomo mi teléfono del bolsillo trasero de mi pantalón, presiono la tecla central para que la pantalla se ilumine y le enseño la misma, cuyo fondo es una imagen de la modelo mencionada.

Una risotada animada por parte del jefe llena la estancia y, por descabellado que suene, ya no me siento tan incómodo en presencia de él.

— ¿Nahyun no te había comentado nada? —Pregunta, y lo noto ligeramente intrigado.

—Ella mencionó el viernes que usted tendría una reunión con una modelo, pero no le presté mucha atención porque estaba ocupado. Tampoco dio demasiados detalles.

—A Nahyun no le emocionan mucho los americanos —el jefe comienza a contar—. Cuando Bella Hadid hizo la portada para un número de abril, le pedí que ella fuera a recibirla al aeropuerto. Pensé, por supuesto, que estaría contenta al respecto. Pero creo que le emociona más un nuevo par de zapatos que conocer a una celebridad internacional.

— ¡¿Bella Hadid?! —Exclamo, y el asombro recorre todo mi rostro—. Ella es mi amor platónico desde hace años.

Seokjin vuelve a sonreír. Y, vaya, su sonrisa le sienta muy bien.

—Tienes más amores platónicos que camisas, niño. No me sorprendería estar en esa lista también.

El silencio que le sigue a sus palabras es tan tenso y extraño, que lo único que se escucha es mi estómago rugiendo a causa del hambre. Cuando me atrevo a levantar un poco la mirada para observarlo, noto que él está en esa postura tan intimidante; el pulgar de su mano derecha debajo de la barbilla y acariciando sus labios con el dedo índice.

"Tendencia + Torpeza" (Adap.) «JinKook»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora