— ¿Por qué te disculpas? —Pregunto, ceñudo—. No me molesta que comas, yo no soy Seokjin.

Una risita se le escapa al segundo chofer.

— ¿Todo en orden con el pequeño gran heredero? —Inicia una amena conversación al preguntar y se dispone a terminar su bocadillo.

—Sí. Pero creo que tiene sueño —contesto con gracia.

Una vez que Eunwoo termina de alimentarse, ambos nos subimos al vehículo para emprender el viaje de regreso al edificio, tal como Seokjin me ordenó.

El segundo chofer y yo somos una gran dupla, debo admitir. Me siento en confianza con él, y probablemente la razón sea que tenemos la misma edad. Al parecer, Seokjin decidió darle una oportunidad para crecer cuando lo contrató... Tal como a mí.

Estamos atascados en medio del infernal tráfico de la ciudad, pero no nos interesa; ni siquiera nos da miedo que el jefe pueda regañarnos por demorar demasiado. Él conduciendo y yo en el asiento de copiloto, nos encontramos cantando (y bailando) Godzilla de Eminem mientras que todos los coches alrededor están aferrados a sus bocinas en la espera de salir de este intenso caudal de vehículos detenidos.

La vibración en conjunto con el chillido histérico que emite mi teléfono dentro de mi bolsillo delantero me hace pegar un salto en mi lugar. Eunwoo baja el volumen del estéreo para que pueda atender la llamada y una maldición baja se me escapa cuando notifico que el nombre de Seokjin resalta en la pantalla.

— ¿Sí, jefe?

— ¿Dónde estás? —Suelta con la indiferencia que tanto lo caracteriza.

—Volviendo al edificio con Gwanhi.

«¿Qué me vas a pedir ahora, puerco?»

—Te voy a enviar una foto, necesito que traigas esas cosas cuando regreses.

—O... —Mi entrecejo se arruga con molestia al escuchar el tono muerto y miro la pantalla para comprobar que sí, me ha colgado—... Kay. O... gro.

Eunwoo se ríe y niega con la cabeza.

Breves segundos más tarde, el móvil del trabajo recibe un nuevo mensaje y me apresuro a chequear el mismo. En el chat de Seokjin aparece, entonces, la foto que mencionó. Es una lista de compras.

—Este tipo tiene letra de doctor —espeto, un tinte molesto tiñe mi voz—. ¿Qué carajos? No se entiende un carajo.

Me dedico unos instantes a analizar detalladamente la imagen, agrandándola a mi gusto mientras me esfuerzo por comprender la descuidada e ilegible letra de Seokjin.

—Llámalo y pregún...

Automáticamente, le dedico una expresión seria e indignada a mi compañero. Él presiona los labios.

—Tienes razón, olvídalo —murmura.

Eunwoo sabe bien que no se le puede preguntar nada al arrogante que tenemos como jefe.

—Creo que los primeros tres son tomates, leche y aceite de sésamo —digo en voz baja, luego, un suspiro profundo se me escapa—. Detente en el primer mercado que veas.

— ¿Seguro que él no tiene un lugar específico para hacer compras?

—Me importa un carajo. Si fuera una persona decente, él haría sus propias compras por su cuenta.

—Si lo hiciera, tú no trabajarías para él —Eunwoo espeta de vuelta, filtrándose un aire bromista en sus dichos.

—Si no trabajara para él, yo sería feliz.

"Tendencia + Torpeza" (Adap.) «JinKook»Where stories live. Discover now