«Para Jeon Jungkook, con mucho amor.

Agust D.

P.D.: Y muchos abrazos. »

Tengo la necesidad de gritar, pero hacer eso me metería en problemas con mis vecinos.

—Esto es... súper... increíble —espeto con voz casi chillona mientras que mis mejillas duelen por la manera en la que sonrío—. Venga aquí, necesito abrazarlo.

—No des un paso más —levanta su palma como una barrera ideal para impedir nuestro acercamiento. Con su otra mano solicita el elevador y mi ceño se frunce.

—Seokjin, ¿cómo regresará a su casa?

Con la boca cerrada y sin mirarme, me enseña las llaves de su coche... Uno de los tantos que tiene.

—No puede conducir. Está ebrio, podría tener un accidente o provocar uno.

—No tengo tanta suerte.

—Seokjin —insisto; entonces él, lentamente, se gira para encararme—. Hablo en serio. Si usted se mata, yo me quedo sin empleo.

Una carcajada natural se le escapa al hombre pasado de copas que tengo a centímetros de mí. Luego, suelta un profundo suspiro.

—Aprecio mucho tu honestidad, niño —habla—. Pero no necesito que te preocupes por mí.

—En la mañana Yunbi le dijo que no bebiera demasiado —agrego, con la esperanza de hacerlo entrar en razón—, la hará enojar.

— ¿Entonces qué es lo que el niño inteligente sugiere? —Comienza a hablar con aquel tono tan irritante que tanto detesto—. ¿Invitarme a pasar la noche en su departamento barato y funesto?

Algo se estruja dentro de mí con violencia, pero me obligo a ignorar la sensación de enojo que me invade. Me repito, una y otra vez, que él está ebrio y que —probablemente— no diría algo semejante si se encontrara sobrio.

—Le llamaré un taxi —le respondo serenamente.

—No.

Es cuando voy a responder, que las puertas del elevador se abren frente a Seokjin, quien no demora más de un segundo en ingresar a la caja metálica sin siquiera despedirse.

Pero antes de que pueda marcharse, me adentro a la reducida estancia también.

— ¿Qué demonios crees que estás haciendo? —El jefe refunfuña con una expresión molesta—. ¡Estás descalzo!

El ascensor comienza a bajar con nosotros dentro.

— ¡Y usted está alcoholizado! —Replico, igualando su tono—. Si se atreve a conducir en este estado, mañana mismo le revelaré a todo el mundo que es gay.

Un grito ahogado se escapa de su garganta, al mismo tiempo que abre la boca y se lleva ambas manos al pecho. Se dedica a observarme como si yo fuese la criatura más cruel existente en la tierra.

—No te atreverías...

— ¿Quiere apostar? —Levanto las cejas—. Apuesto mi nuevo álbum autografiado.

Seokjin emite otro grito ahogado, más ruidoso y exagerado que el anterior. Sabe que no estoy bromeando.

—No quiero que un maldito chofer, que no es mi chofer, conozca el camino a mi casa en donde vivo con mi mujer lesbiana —gruñe, golpeando la dura pared. Su fastidio es casi palpable—. Soy muy precavido y me gusta mi privacidad.

— ¿Por qué no llama a su chofer?

—Le di la noche libre, es el cumpleaños de su hija.

— ¿Y Eunwoo?

"Tendencia + Torpeza" (Adap.) «JinKook»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora