Manoban frunció el ceño totalmente ofendida, y casi sin pensarlo, alzó su mano para darle una fuerte cachetada. Un impacto que sonó tan potente que hasta el cajero sintió dolor.

Jennie totalmente descolocada, llevó su mano a la mejilla afectada, quedando completamente callada. Miró al chico y trató de sonreír.

—Pf, no podemos decidir entre la corteza delgada o la que tiene relleno —tomó a Lisa de los hombros para apegarla rápidamente a su cuerpo. Obviamente no quería pasar vergüenza alguna.

—Ese es el problema.

—¿Por qué no prueban el pan pizza? —sugirió el joven.

—¿Qué dices, cariño? —preguntó Jennie con 'dulzura'.

—No me digas cariño —murmuró.

—Entonces dame algo de dinero —susurró cerca de su oreja, aun teniéndola cerca.

Lisa se tensó y Kim solo chasqueó la lengua para volver a su posición.

—En realidad. ¿Sabes qué? Simplemente yo le dispararé —habló con normalidad, haciendo que el cajero se sorprendiera al escucharla—. Sí, claro. ¿En qué estoy pensado? Voy a hacer eso, sí.

Lisa se zafó del agarre con rapidez y buscó en los bolsillos internos de su chaqueta. Sacando con éxito un par de billetes.

—Aquí tienes dinero. No le dispares a nadie, por favor —pidió alarmada. Entregándole lo único que tenía.

Kim sonrió con suficiencia, dando los billetes al joven.

—Dos pan pizzas y dos sodas en lata, por favor.

El pedido no tardó mucho en llegar y ambas chicas fueron en busca de una buena mesa, justo cerca de la televisión.

«¡Atención! Noticia que pasó hoy en la tarde.

—Estamos con Lee DaeHyun, un hombre valiente que arriesgó su vida intentando atrapar a una criminal peligrosa.»

Lisa, quién había dado un mordisco a su pan, levantó rápidamente la mirada al escuchar el nombre de su jefe.

Podía notarse como varios reporteros y camarógrafos rodeaban la camilla en la que MinHo era llevado hacia la ambulancia.

«— Ella le disparó a Lalisa, pero yo me interpuse.

—¿Cómo fue que terminó con esa bala en la pantorrilla?

—Fue por mi patada voladora al estilo Kung Fu. Es tan rápida que puede knockear a un pájaro en el aire.»

La tailandesa observó la pantalla con incredulidad. ¿Qué clase de estupideces estaba diciendo DaeHyun?

"Esa bala lo hará el héroe de la ciudad", recordó, mirando esta vez a la castaña que bebía tranquilamente de su soda.

Carraspeó algo incómoda. ¿Acaso Jennie siempre tenía la razón?

—¿Qué cosa tan terrible hiciste que todos intentan matarte? —habló, no pudiendo aguantar más las dudas que se albergaban en su cabeza.

Kim la miró con fijeza, dejando la lata nuevamente en la mesa y observando con cuidado ambos lados. Puso las portas servilletas cara a cara dejando un breve espacio.

La menor analizó sus movimientos con atención. Notando que Jennie sacaba con extremo cuidado un cubo del bolsillo de su chaqueta y lo ponía en aquel pequeño espacio.

The wonseog | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora