🔪Hora #7 y 8🔪

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Tn_  no podía controlar el volumen de los sollozos escapando por su garganta. Trataba de no delatar su posición, pero necesitaba dejar salir sus lágrimas y sus potentes gemidos la angustia opresora en su corazón. Se tapaba la boca con ambas manos y se acurrucaba cada vez más contra los arbustos. Solía ver el transcurso de La Purga a través de su televisión y podía apreciar por sí misma los restos de esa noche a la mañana siguiente. Sin embargo, nada podría haberla preparado para vivirlo en carne propia.

Se había desviado a las calles de los barrios residenciales pensando que tenía suerte por haber acabado allí. Había creído que el desastre debería atenuarse a medida que se alejaba de los comercios, pero no era la realidad. Si bien la multitud enardecida estaba lejos, los pequeños grupos dispersos por la zona donde se encontraba provocaban en ella aun más terror. Era la primera vez que sentía ese pavor y no podía creer la intensidad abrumadora con la que atacaba. No tenía comparación con los sobresaltos en las películas de horror o las pesadillas que le quitaban el sueño. Aquel miedo era real y siniestro, y la estaba devorando mientras recordaba como ese grupo de chicos, incluso un menor edad, había descuartizado el cuerpo de aquel vagabundo.

Él ya estaba muerto cuando ellos llegaron. Tn_  los vio mientras doblaba una esquina. Al reconocer que eran jóvenes pensó en pedirles ayuda, mas antes de que pudiera hacerlo, ellos divisaron el cadáver del hombre mayor que yacía sobre la vereda. Sin detener su paso para consultarlo, todos saltaron sobre él, utilizando simples navajas para cortar las extremidades del cuerpo con perversa lentitud.

Tn_ vomitó la poca comida que llevaba en su estomago en un jardín muy bien arreglado antes de esconderse entre las plantas del mismo. Todavía escuchaba sus voces cerca, hablando y riendo como si estuvieran compartiendo cualquier charla casual. La chica se sentía descubierta. Si bien estaba decidida a enfrentarlo antes, no quería morir en ese momento. No en manos tan crueles.

Tenía presente en sus recuerdos a sus amigos, a su novio, a su familia: sus padres y su hermano. Éste último, Zabdiel, era la única persona a quien Tn_ le profesaba su amor sin restricciones. Ellos eran gemelos, pero compartían más que la fecha de cumpleaños. Habían sido confidentes desde que aprendieron sus primeras palabras. Tener que partir a lo desconocido sin haber abrazado a alguno de sus seres amados por ultima vez le agregaba dolor a su alma.

De repente hubo silencio. El grupo de chicos ceso el ruido que emitía. Tn_ se quedó quieta, agazapada contra las hojas y las ramas que se clavaban en su piel, lastimándola. Tomó un suspiro profundo, acabando el llanto que antes la envolvía. Por un segundo sintió alivio pensando que ellos se habían ido, más pronto volvió a escucharlos demasiado cerca:

— ¿Dónde?

— Lo he oído en los arbustos.

Antes de que la chica pudiera reaccionar, dos pares de brazos se introdujeron en la maleza, encontrándola enseguida. Tiraron de ella hasta que se encontró descubierta. Se incorporó, clavando los pies sobre el césped y luchando contra la fuerza de los muchachos, pero no logró alejarse ni un centímetro de ellos.

— Mira lo que tenemos aquí.– Observó uno de ellos.— ¡Que regalo!

— Ni que lo digas.– El que la sostenía la sacudió, haciendo que se quedara quieta. — ¿Cómo te llamas, bonita?

Tn_ se estremeció. Cuando Christopher la llamaba por aquel adjetivo lo hacía de manera burlona, e incluso amena. En cambio, ese desconocido derramaba tanta lascivia y maldad en su tono que no pudo evitar los escalofríos.

— ¿No vas a responder? ¿Te comió la lengua el ratón? – Levantó la navaja que aún sostenía en su mano y la acercó a la boca de Tn_. Ella apretó sus labios, produciendo un sollozo ahogado, mirando la sangre del vagabundo gotear del filo. Los ojos oscuros del chico inspeccionaron el cuerpo de
ella. — La follaremos de a uno ¿quién va primero?

The purgue [Christopher Vélez y tu]Where stories live. Discover now