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Era una tarde ruidosa en el santuario en el que solían juntarse, acababa de terminar una de las tantas reuniones de la TouMan. Algunos capitanes de las divisiones ya se habían marchado, mientras que otros conversaban entre risas.

Mikey escuchaba la conversación de sus compañeros, soltando un pequeño bostezo de pereza. Miró de reojo a Draken, el cual parecía estar alistándose para irse, así que no tardó en acercarse antes de que se escapara.

— Kenchiiin — tironeó la manga de su uniforme.

— ¿Qué sucede?

— Tengo mucha hambre. ¿Vamos al restaurante de siempre? — preguntó alegre, la cual se desvaneció al recibir una respuesta negativa.

— No puedo hoy Mikey, será para la próxima — dijo subiéndose a su motocicleta.

— ¿Qué?, ¿Por qué?

El contrario suspiró por la insistencia, este no podía aceptar un simple "no" sin ninguna explicación.

— Estaré ocupado, tengo que ayudar con algunas cosas en el burdel.

— Ya veo...

— No te metas en problemas. Te veo mañana — dijo arrancando el motor rápidamente.

— Adi...ós... — alzó la mano, viendo como desaparecía al doblar en la esquina — Ni siquiera me dejó despedirme bien — murmuró extrañado al no saber que sucedía.

Decidió ignorar aquello, ya que otro problema estaba en primer plano ahora mismo para él. Su estómago rugía fuertemente y no traía dinero.

Tenía que conseguir a alguien que le diera comida. Buscaba a su próxima víctima con la mirada y sonrió satisfactoriamente al encontrar a la persona perfecta.

— Oye Baji — caminó con las manos en los bolsillos hacia el nombrado.

— ¿Sí?

— ¿No tienes hambre?

— Mmm, ahora que lo mencionas, estoy hambriento.

— Que casualidad, yo también...

Ambos se quedaron en silencio durante unos segundos ante el comentario.

— ¿Me invita...

— ¡NO, no te invitaré a comer!

— ¡Vamos Baji, no seas así! ¿Acaso vas a permitir que tú comandante muera de hambre? — exageró la situación descaradamente.

— ¡No me importa lo que digas, no aceptaré! ¡Yo no soy tu banco personal como Draken! — gritó para luego correr en círculos, siendo perseguido por el pequeño.

— ¡Bajiii, por favor!

— ¡No!

Ya se comenzaba a cansar de que se negara y el peli negro no parecía querer dar el brazo a torcer nunca. Pero no podía rendirse tan pronto, eso no serviría para saciar su apetito. Utilizaría su último recurso. Atacarlo con su debilidad.

Algunos lo llamarían jugar sucio, pero él prefiere decirle, estrategia.

— ¡Chifuyuuu! — dejó de correr repentinamente para ir con el nombrado.

— ¿Qué sucede?

— Tú novio no me invita a comer — señaló al culpable con un puchero.

— ¿Qué hay de Draken-kun?

— Estaba ocupado...

— Entonces, ¿por qué no lo haces?

— ¿¡Estás bromeando Fuyu!? — habló indignado — Tú ya has visto lo que come este enano, ¡es como un barril sin fondo! El único futuro que le veo a esta salida, es a mí en la pobreza.

Sᴡᴇᴇᴛ ᴍᴏᴍᴇɴᴛs | DʀᴀᴋᴇʏWhere stories live. Discover now