— Eso sería todo... — metió el paquete de harina en el canasto.
— Mikey, ¿estás seguro de que podrás solo con esto? — preguntó Mitsuya.
— No tenemos problema en ayudarte — agregó Hakkai.
— Ni siquiera sabes cocinar enano — finalizó Baji de brazos cruzados.
Los cuatro se encontraban en un supermercado, comprando los ingredientes necesarios para realizar un pastel delicioso, ya que el cumpleaños de Draken era mañana, solo faltaban horas.
— Les agradezco, pero no hace falta. Ustedes dos ya me ayudaron mucho con la decoración para la fiesta que haremos el Sábado, Emma con la comida y tú Baji... — lo miró pensativo — Eres tú.
Este le levantó el dedo del medio, indignado por las palabras.
— El cumpleaños de Kenchin es mañana y no quiero dejarlo pasar hasta el Sábado. Quiero hacerle algo especial. Necesito hacer esto solo.
El peli lila suspiró rendido al no lograr cambiar la opinión de su amigo, por lo que no le quedó de otra que aceptar esto. Solo rogaría de que no incendiara la cocina y la casa entera.
— Está bien...pero — lo tomó de los hombros — Ten cuidado con el horno, calcula bien los tiempos y no prendas fuego nada. Cualquier consulta que tengas, no dudes en preguntarme a mí o a Emma-chan, ¿de acuerdo?
— Sí, Mitsuya. Ahora deja de sermonearme y vayamos a pagar esto — se soltó del agarre para dirigirse a la caja.
— Solo espero que no prenda todo en llamas — susurró mientras lo veía alejarse.
— Tranquilo Taka-chan — lo tomó de la mano — Todo saldrá bien, confía en él. Mejor piensa en otra cosa para calmarte. Como...¿Qué te pondrás para la fiesta del cumpleaños? — propuso el peli azul con una sonrisa radiante de ojos cerrados.
— Mmm, aún no lo sé. Algo un poco formal porque será de noche, pero que a la vez sea cómodo ya que seguro nos quedaremos hasta la madrugada.
— ¡Esperen, esperen! ¿Tiene que ser formal? — se interpuso el peli negro entre ambos — Yo casi iba en chanclas — confesó preocupado.
La pareja se miró entre sí por unos segundos y soltaron un risa por el desastre que era su amigo colmilludo.
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Colocó sus compras sobre la mesada de la cocina, mientras tomaba el pedazo de papel que tenía escrito la receta del pastel de chocolate, el favorito de su pareja. Revisaba que tuviera todo en orden.
Mikey mentiría si decía que no estaba nervioso. No era conocido por ser un gran cocinero, con suerte podía cocinar unos platos que se aprendió antes de irse a vivir con Draken hace unos años.
Pero esta ocasión era muy importante, así que se arriesgaría a entrar de nuevo en esa zona tan desconocida para él.
Aprovecharía estas horas en las que se encontraba fuera de casa, trabajando en la tienda de motocicletas junto a Inupi y Shinichiro.
