CAP. 11

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Tenía tanto tiempo con Paulina que nunca imaginé como ella se sentía. Ahora se sus dolores, se por que llora por las noches.

Se por que llora cada vez que paso por ella.

Dos días después volvimos a nuestra cuidad, República Dominicana es un país hermoso y pronto volveré.

Dejo a la chica de Gaby en su casa y también dejo a Paulina en la sulla.

Al llegar a la casa de mi madre lo primero que me recibe es un abrazo y un delicioso pastel de chocolate lo cual en este momento estoy devorando.

_¿A qué hora llegará padre?_

_No lo se, pero cuando llegue tienes que mudar a Gaby en tu casa. Por ley debe de ser así_

Miro a Gaby desde la cocina y ella sonríe con malicia.

Por supuesto que la llevaré conmigo a mi casa, no es Paulina pero puedo darle una habitación y fingir cómo que se queda conmigo.

_¿Te mudas hoy?_

Miro a Gaby y ella asiente.

_Todo por estar cerca de mi chiquito_

_Tienen que tener más cuidado, si tú padre se entera de lo que estas haciendo te dejará sin cabeza_

_No te preocupes madre_

Mi mamá ya sabía lo que yo y Gaby planeamos, ella sabe que amo a Paulina y no la cambiaré.

O por Dios me estoy escuchando, Ángel Ross, ese mismo está enamorado y no quiere cambiar a una mujer por qué es su vida.

Ni me lo creo, es difícil procesar.

Le agradezco a mi madre el pastel y salgo de casa.

Manejo mi Lamborghini hasta la casa de Gaby y la ayudo a empacar sus cosas.

Tiene mucha ropa, maquillaje y perfumes y el calzado como que si tuviera más pies.

No tiene más que Paulina pero todo es un proceso.

Con más de 7 maletas llenas voy hasta mi casa, ya pronto volveremos por las otras.

_Bien, mi casa es tu casa. Siéntete cómoda y no hagas desorden, le tengo fobia_ le guiñó un ojo y la ayudo a bajar las maletas.

Le doy la habitación que está al lado de la mía y con todas las maletas la dejo sola.

Una nueva vida comienza y no puedo desperdiciar está oportunidad.

Voy hasta mi habitación y entro en ella. Me despojo de toda mi ropa y en pelotas entro a la ducha, bajo el agua me quedo pensando lo que le dije a Paulina.

No importa que te sientas sola, no importa quién te lastimó, me tienes aquí y nunca te voy abandonar.

Lo que le dije es cierto, no voy hacerle daño por qué le he causado suficiente.

Ella conmigo estará a salvo y nada ni nadie le hará daño conmigo de frente, sobre mi cadáver. Asesinare a cualquiera que intente hacerle daño, mataré a cualquiera con el tal de protegerla.

Se lo prometí y no soy de los que rompen su promesa.

El agua cae por mi cabeza y me quedo pensando si alguna vez pudiera estar haciendo esto. Finjo un casamiento y estoy loco por una mujer.

Una mujer espléndida con largo cabello un trasero para morirse y no hablemos de sus senos. Es una chica encantadora y no me cansaré de repetirlo.

Salgo del baño envuelto en una toalla, enciendo la TV y me quedó mirandola hasta que el sueño me gana.

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Al despertar me encuentro a Paulina recostada a mi lado como si nada hubiera pasado.

Su perfecto cabello negro está ondulado, trae un vestido negro ajustado y unas zapatillas altas.

Sus ojos están cerrados y su cara está media roja.

¿Cuánto tiempo estuve dormido?

No me di cuenta cuando ella llegó y el sueño la venció, me levanto lentamente me visto, la dejaré dormir un rato más, debe estar cansada por el viaje.

Voy hasta la cocina y veo a Gaby sentada comiendo un tarro de helados.

_¿Por donde se te va la comida?, Dos días más y ya pareces marrana_

_jaja que gracioso_

Sonrío y la miro es increíble como ha crecido nuestra amistad y yo no quería saber de ella.

Ya casi está anocheciendo y voy hasta el refri y tomo agua.

_¿Tu chica vino? Ya la viste_.

_Si, prepárate iremos al bar un rato_

Me estiro y voy hasta Paulina.

No me sorprendió ver a Paulina con unas bragas negras y un bracier de encajes.

Me muerdo el labio y cierro la puerta con pestillo.

Rey De La Mafia #2Where stories live. Discover now