Capitulo 4

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El suave sonido de un tecleo sutil y firme se escucha sonar en toda la amplia oficina, sonido que era acompañado por la tranquila respiración de quien en esos momentos se encontraba sentado con postura recta enfrente de su escritorio, donde un portátil iluminaba sus elegantes facciones.

Tomando un momento para descansar, gira la silla de respaldo hacía la derecha, donde una ventana se encuentra a sus espaldas.

Observa detenidamente el bello panorama nocturno.

Las luces de distintos edificios se encuentran iluminando mágicamente desde la distancia, el sonido usual de los vehículos al transitar no se escucha debido a las altas horas de la noche.

Fijando su mirada hacía arriba, encuentra una circunferencia plateada resplandecer bellamente, cubriendo con su luz todo a su alcance.

Debido a que la oficina se encuentra a oscuras, habita un aura tranquila y algo sombría. Por la ventana de cristal se filtra fácilmente la luz de luna, iluminando fragilmente a la figura encorvada correctamente en su asiento.

Al ser cubierto esplenderosamente por esa fría y natural luz nocturna, se ve bellamente apuesto gracias al contraste de sus excelentes facciones en combinación con el resplandor de luna.

Es como sí un apuesto Angel hubiera descendido de los mismos cielos para dar a comprender la verdadera belleza.

El elegante traje confeccionado a la medida de su corpulento y definido cuerpo se apega exquisitamente a su contextura; el color blanco está tan increíblemente limpio y sin ninguna mancha de suciedad o arruga que le haga ver desagradable, la corbata azul rey se encuentra muy bien ajustada y en su lugar.

Se puede decir que es alguien que cuida rigurosamente su apariencia.

Su cabello negro, corto de forma apuesta y elegante reluce sus perfectas facciones habitadas en el rostro; su piel blanca y libre de imperfecciones es como el mismo Jade.

Enfocando ahora su mirada hacía el reloj de pared, cae en cuenta lo tarde que es. Por ende, toma sus pertenencias mientras guarda los papeles que debe presentar en la siguiente junta, donde encabezará la reunión por ser el Ceo comandante de la empresa.

Tomando el maletín de terciopelo, prosigue a salir de aquella apagada oficina, donde el letrero con el nombre de su cargo brilla en aquella placa.

Camina por los pasillos, que se encuentran en completo silencio debido a que no había ningún trabajador de oficina a esas horas; solo rondaban por el lugar los guardias de turno y sus escoltas que se encargan de su seguridad.

Aunque puede defenderse por sí mismo, está bien prevenir.

Ingresando al ascensor, depositó el número correspondiente al área de parqueadero que tenía el enorme edificio donde trabaja y es dueño.

Llegando a su auto, preparado con antelación para que manejará, ordenó nuevamente a sus guardaespaldas que le siguieran en otros autos a una distancia prudente.

Encendido el auto, tomó en marcha el camino a casa, donde seguramente su pareja debería de estar durmiendo.

Sin evitarlo, nuevamente pensamientos inundan su cabeza, logrando ponerle ansioso de nuevo.

No hace como una semana, la actitud de su pareja hacía él, era diferente a lo normal. Se encontraba algo distanciado y distraído; usualmente está acostumbrado a su personalidad enérgica y carismática, siempre a gusto con su revoltosas acciones y su constante sonrisa.

Está preocupado ante el repentino cambio de atmósfera que los rodea a ambos últimamente.

Anhela angustiadamente que la contraparte siga teniendo su distinguida esencia con él, que comparta el disfrute y la amargura con él, que no se distancien más, porque está seguro de que eso sería el fin para la relación de tres años que mantienen.

𝐘𝐞𝐬, 𝐝𝐚𝐝𝐝𝐲Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum