-¿Quién te enseño a cocinar cariño?- Preguntó Jully asombrada de Harry, el niño nuevo e inocente.

-Mmm, supongo que mi mamá, ella y yo cocinábamos juntos cuando mi hermano iba a talar árboles o algo así.- Dijo con nostalgia, se notaba que extrañaba mucho a su familia.

-Pues, se nota que tu mamá cocina muy bien, igual que tu Harry.- Dijo Jully acariciando la espalda del ojiverde.

-Gracias Jully.- Agradeció

Richard entró por la puerta y con asco vio a todos. -¿Qué están haciendo parados sin hacer nada? ¿Acaso piensan que el señor Tomlinson y su familia no tienen hambre? Pónganse a cocinar.- Todos empezaron a moverse y Harry se quedó mirando fijamente a Richard. -Tu también basura.

Harry tenía tantas ganas de matarlo, pero él no era así, entonces sólo fue junto a los demás a ver que prepararán.

Pasaron 10 minutos y no más, por que si era más tiempo todos iban a pagar por hacer esperar a la gran familia Tomlinson.

A Harry le tocó llevar un plato a la mesa con algunos otros, cuando el ojiverde salió de la cocina sintió una vibra extraña y un olor a tabaco muy fuerte. Mientras el ojiverde caminaba sintió como Jully a lo lejos le dio una señal de que le diera el plato a la persona que está al lado del señor Tomlinson.

Harry entendió rápidamente y fue hacía el sujeto, colocó el plato en la mesa y en vez de apartarse, se quedó ahí.

Sus fosales nasales pudieron sentir un olor a limón hipnotizante y también un poco de dulce, se sentía caliente, pero eso no le quitaba el hermoso olor, era un aroma que Harry nunca en su vida había olido, pero sintió que desde ahora ese era su aroma favorito.

-¿Qué mierda haces basura? Aléjate de mi, apestas!- Grito Louis, un chico de ojos azules como el cielo y cabello de color chocolate, Louis empujó a Harry,

El ojiverde no se había percatado que se había quedado un buen rato al lado del hijo del señor Tomlinson, ay Dios, que vergüenza.

-Mil disculpas, no sé que ocurrió.- Harry no recibió respuesta y en eso sintió como su cuerpo empezó a temblar al tener todas las miradas encima, Jully se percató de la embarazosa situación y salió de la cocina con un plato de fresas.

-Disculpe señor, se nos olvido colocar las frutas como centro de mesa.- Dijo y Mark Tomlinson hizo un gesto con la mano como para que se vaya.

Harry también quiso irse y quería estar encerrado en la cocina, pero cuando solo dio unos simples pasos sintió como alguien lo jalo bruscamente del brazo. -No te vuelvas a acercar a mi, entendiste basura?- Le ordenó Louis.

Por otro lado Harry estaba mirando fijamente esos ojos color cielo y ese abanico de pestañas, en esos segundos que se quedaron viendo, Harry pudo analizar todo el rostro de Louis, era de tés blanca y mejillas sonrojadas a lo natural y sus labios eran finos y rosados, era simplemente hermo...

-¿¡Acaso no entendiste!?- Gritó Louis, tirando a Harry al piso de un solo movimiento. -Maricón.

¿Maricón? Harry no sabía lo que significaba esa palabra, pero en ese momento murió en silencio y sólo se puso de pie y corrió hacía la cocina, ahí estaba Jully y lo abrazo al ver como el ojiverde estaba temblando.

-¿Harry, qué te pasó?- Preguntó Jully preocupada al ver al joven pálido.

-Este... no sé, no estoy seguro, nunca sentí esto, que vergüenza.- Harry se lamentaba, había hecho un show frente a todos.

-Tranquilo Harry, te aseguro que todo saldrá bien, te lo prometo, okey?- Dijo Jully y Harry asintió con casi lágrimas en sus ojos. -¿Qué te parece si me ayudas a lavar algunos platos?- Cuando Harry iba a asentir Richard entró a la cocina...

1864Donde viven las historias. Descúbrelo ahora