CAPÍTULO I: ÁNGELES Y DEMONIOS

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A pesar de que habían hecho sonar el cuerno, ninguna de las tropas celestiales, ninguna de las tropas vikingas del Clan McGregor, ninguno de los elfos o hadas había liberado a sus animales o tropas, en fin, ninguno de los que se habían alistado para defender sus territorios y su gente se había movido, todo se tornó misteriosamente silencioso, los vikingos habían dejado de cantar, los elfos y hadas empezaban a agudizar sus sentidos, los desertores dejaron de iluminar el círculo, los Magistrav detuvieron su marcha (habían llegado un poco tarde al "llamado"), el escuadrón de Kendall se reencontró para ponerse en guardia y algunos Arcángeles que supervisaban todo dese los cielos, observaban extrañados la situación en la Tierra, veían como ese hombre sentado en una especie de trono improvisado se burlaba de sus planes que consideraba patéticos, los demonios, bestias, espectros y brujos ocultistas reían mientras esperaban las señales de su líder, más no se movieron a pesar de que ya les habían dado la señal con el cuerno, porque su líder los había detenido con una mano, gozaba manipular tanto a sus "servidores" como a sus enemigos.

-Es extraño-. Habló Cassius dirigiéndose tanto al Todopoderoso como a su heraldo, estos lo miraron con demasiado interés, en especial el heraldo que tenía una armadura de león acorde con su temperamento y liderazgo, sus enormes pares de alas blancas estaban desplegados, lo miró de reojo, sabía que Cassius era un buen estratega y buen peleador, pero alguien más estaba ahí analizándolo todo, vestía con una bata dorada, tenía cabello platinado, ojos naranja y su cabello en corte Pompadour moderno con degradado a raz de piel, sonrío al verlo.

-Cassius Tyrion Johnson -. Habló el Serafín viéndolo mientras caminaba para acercarse a él y ponerle una mano en el hombro.

-Dalton Aber Lewis-. Lo saludó Cassius antes de soltar una risita y darle un abrazo, no se habían visto desde que a Dalton le designaron el escuadrón y había tratado de convencer al hijo de Cassius para unirse, incluso dejándolo trabajar a su manera, pero este se había negado, cuando se enteró de la noticia de su muerte pidió una semana para hacer luto; incluso después de muerto, Dalton conservaba ese aire de liderazgo. -¿Cómo va tu hijo?-.

-Bien, aunque estoy preocupado con todo lo que está pasando, ¿Qué tal tu escuadrón?-.

-Bien, mi sucesor sabe lo que hace-. Un carraspeo por parte del heraldo del Todopoderoso los hizo reaccionar y tomaron sus lugares a la derecha de cada uno, sin embargo Cassius estaba confundido acerca de porqué todos se habían quedado quietos a la espera de algo. - ¿Por qué no han dado paso alguno?-.

-Quiere que caigamos en su juego y no lo haremos-. Le respondió "La Voz" pacientemente, Cassius se acercó más a donde tenían proyectadas las imágenes de lo que sucedía bajo ellos, esperarían pacientemente a que su rival mostrara sus cartas primero, no atacarían a menos que fuese sumamente necesario, Cassius volvió a guardar silencio, solo imploraba y esperaba que su hijo al igual que  sus dos acompañantes estuvieran bien, se levantó algo impaciente para hablarle al creador. 

-Señor, ¿Podría bajar a la tierra para asegurarme de que están bien?-.

-Sí, pero debes volver, tienes una hora-. Cassius agradeció antes de salir de ese lugar, cambiar sus ropas y abrir el portal que lo llevaría a la Tierra.

Por otro lado quien lideraba y trabajaba codo con codo con el señor del Inframundo, se dedicaba a contemplar el panorama frente a él, desataría el caos después de divertirse un poco con sus víctimas y enemigos, un Duque del infierno se le acercó haciendo una reverencia.

-Señor Bastián-. El ser de aspecto mundano con cara de serio y vestido con gabardina café de cuero fino, abierta dejando ver su velludo y trabajado cuerpo, botas estilo góticas con taches y pantalones militares, lo miró con algo de desagrado antes de instarlo a hablar con un movimiento de mano sin importancia, a veces era arrogante, prepotente y se creía superior a los que gobernaba, de alguna manera había usado sus influencias para hacer que tanto los ocultistas como los seres del Inframundo, trabajaran para él, no toleraba idioteces o comentarios acerca de que alguien más poderoso que él podría derrotarlo, si alguien hacía un comentario de esa clase, le esperaba la muerte . -¿Por qué no ha enviado a los demonios a hacer su trabajo?-.

EMBLM- LIBRO 2 / EL ATAQUE DE LOS MUNDOSWhere stories live. Discover now